domingo, enero 06, 2019

He derramado unas lagrimitas



Hoy, por la tarde, día de la Epifanía, he vuelto a ver, otra vez, por centésima vez, la escena de Ben-Hur en la que los Reyes Magos adoran a Cristo. De verdad, no conozco ninguna película que haya dado tanto en el clavo al representar esta escena bíblica. Porque la escena de Ben-Hur tiene un punto de candidez, de ingenuidad, que creo que refleja la verdad del Evangelio.

La música… qué dulzura perfecta tan sublime para ese momento del nacimiento en Belén. No se requieren palabras: la música, los rostros lo dicen todo. Mirad la misma escena en otras películas. Los directores quieren intervenir más, hacer que los actores hagan más cosas y lo estropean, no logramos meternos en la escena, suena a teatro. En Ben-Hur se percibe lo sacro. Se nota que se filmó como algo sacro y el resultado fue percibido así.

Aquí tenéis la escena:

Pero, como dije hace un año, el momento más conseguido es cuando uno de los pastores atónitos se vuelve hacia atrás, porque considera que debe tocar el shofar para avisar al pueblo judío que ha nacido el Mesías.

Y, entonces, el mugido del shofar calla y comienza el brillante toque, ¡impresionante!, de trompetas de la fanfarria con que comienza el Preludio de la banda sonora de Niklos Rozsa.

Ese paso de la escena del Nacimiento al toque del shofar es una escena que cinematográficamente me deja atónito. No se podía hacer algo más elegante ni teológicamente con más sentido: el shofar que marca los tiempos sagrados... Tengo en gran consideración Willy Wilder, pero no creo que, sin la intervención de una inspiración de los ángeles, se le pudiera ocurrir algo tan redondo.

Pero es que entonces ocurre un verdadero milagro cinematográfico: el sonido del shofar da lugar a una fanfarria que es como si nos expresara la alegría de los ángeles por el nacimiento de Cristo. No, esta no es una fanfarria más. He escuchado no pocas, y esta es la más inconmensurable que he escuchado.

Pero la unión de estos tres momentos musicales (La Estrella de Belén, el toque del shofar, la fanfarria del Preludio) es una conjunción excelsa.

Los tres momentos de la banda sonora a los que me he referido los tenéis aquí: