jueves, septiembre 14, 2023

En España no se habla de otra cosa

 

Os puedo asegurar que le he dado cientos de vueltas al tema de la conveniencia de un indulto o de una amnistía en una democracia con división de poderes. He considerado el tema en abstracto, totalmente desligado de la cuestión nacionalista catalana. Y por más que he valorado todas las posibilidades, todos los argumentos, nunca se dará una verdadera conveniencia para solicitar la anulación de una sentencia por la pura voluntad de alguien.

Lo repito, ese tipo de anulaciones son siempre un perjuicio, un mal, un desorden. No así en una dictadura. En una tiranía un indulto o una amnistía es un bien si el mal es la ley. Pero, en un sistema racional y justo, jamás de los jamases lo es. El juez, ¡el juez!, es el encargado de valorar las circunstancias, las eximentes, los atenuantes.

Me admira como las democracias del siglo XXI pueden admitir este tipo de atavismos que tienen que ver más con el Rey Sol que con Montesquieu, Alexander Hamilton o Thomas Jefferson.

Me admira ver cómo nuestra generación puede realizar maravillosos circuitos integrados, mientras no puede desligarse de las graves chapuzas que radican en el corazón del mecanismo constitucional de todos los países.