Hoy
toca uno de esos post que solo interesan a un pequeño grupo. Pero, en fin, para
ese pequeño grupo pongo este texto que es la última añadidura a ese cajón de
sastre que es mi libro Ex Scriptorio. Las preciosas pinturas que he
puesto ninguna concuerda con la concepción que tengo del edificio que describo,
pero servirá para hacerse una idea de las cosas tan bonitas que se pueden hacer
en arquitectura hoy día. Paso ahora al texto del post y os aseguro que leeré
con interés las aportaciones que queráis hacer.
Claustro Cardenalicio
La idea
de crear un edificio específicamente diseñado para los cónclaves
La idea general
Hace
años, en mi obra Neovaticano, describí el Claustrum Cardenalicium
al que también llamé Claustrum Sixtinum: allí describía un edificio pensado
ex professo para albergar los cónclaves. Años después, he decidido
retomar la idea de ese edificio como una construcción exenta. Siempre será más
fácil pensar en la realización, solamente, de este edificio, que no en la
construcción de todo el complejo en el que lo integraba en mi primer escrito. Pienso
que el lugar ideal para levantarlo sería a unos veinte kilómetros del Vaticano,
para tener espacio suficiente y barato.
¿Por
qué crear un edificio de este tipo? Pues porque más allá de las ventajas funcionales
de este Claustrum Sixtinum hay que tener en cuenta que vivimos en una
época en que no podemos dejar de aprovechar las ventajas para las almas de la
presencia de los medios de comunicación. Un claustro como este se convertiría
en un símbolo, en una predicación arquitectónica sobre la Iglesia.
La forma del edificio
El
edificio tendrá forma de cuadrado con 193 metros de lado, lo mismo que la
Basílica Vaticana. En el centro de este claustro, se levantará una réplica
exacta del interior de la Capilla Sixtina. Esta capilla estará integrada en una
estructura cuyo aspecto externo será el de una pequeña montaña: como si fuera
una peña cubierta de vegetación, con un sendero que permitirá la ascensión. Los
ventanales se abrirán en la montaña para permitir la entrada de luz solar.
En
su interior, habrá tres capillas de iguales dimensiones, pero distinta
decoración. La capilla central, donde estará el Santísimo Sacramento. Al un
lado, contigua, se situará la Capilla Sixtina. Al otro lado de la capilla
central, se situará la capilla de las reliquias de los santos y las tumbas de
cardenales y obispos.
Las
tres capillas estarán en el interior de una estructura que externamente
parecerá como un monte: con partes de hormigón que asemejarán peñas, con partes
cubiertas de un poco de vegetación.
El
claustro enmarcará este monte central. Habrá una galería subterránea para
acceder a estas tres capillas cuando llueva. Alrededor del monte, habrá un
claustro formado por arcadas dispuestas en tres niveles. Claustro que acabará en
una terraza superior por donde también se podrá pasear. Varias escalinatas
permitirán acceder desde el claustro a los distintos niveles.
Cuatro
montecillos estarán situados en las esquinas. Los senderos permitirán ascender
hasta sus cimas. Esos montecillos coronados por ermitas servirán para hacer
romerías o simples caminatas. Se intentará que la capilla de las reliquias se
convierta en un lugar de entierro de muchos cardenales y obispos; con bellos
sepulcros que recuerden la idea de la transitoriedad de la vida.
Financiación
El
lugar tendrá varias funciones. Servirá como hotel mientras no haya
cónclave. Con eso se sufragará la construcción y el mantenimiento. Servirá como
residencia de cardenales y obispos en sus viajes a Roma. Durante el
cónclave, permitirá mayor seguridad. También constituirá un marco
magnífico para los medios de comunicación. Por supuesto, después de la
clausura (durante el cónclave), los medios ya no podrán estar dentro. Este
edificio permitirá una perfecta clausura. Además, permitirá que todo
esté cerca, en un solo edificio; ahora mismo, en el Vaticano, hay una gran
distancia entre la Capilla Sixtina y el lugar donde viven los cardenales. Por
otra parte, el edificio que propongo estará enteramente abierto a visitas en
grupo con guía. Con lo cual, el edificio se transformará en un libro
abierto acerca de los cónclaves. Esas visitas guiadas se pueden convertir en un
medio óptimo para explicar qué es la Iglesia.
Servirá
como hotel para financiar su construcción y después su mantenimiento. Los
huéspedes podrán dormir en las mismas habitaciones de los cardenales y recorrer
el edificio. Para evitar el vandalismo, algunas zonas solo podrán visitarse con
acompañamiento de guía. Todos los hospedados serán informados de que, en caso
de sede vacante, deberán dejar libres sus habitaciones en el plazo de
veinticuatro horas.
Funcionar
como hotel significa que habrá personas que reservarán una habitación con la
intención de hacer cosas pecaminosas. Habrá quienes quieran ir allí para realizar
perversiones sexuales o, incluso, ritos mágicos o satánicos.
Por
lo tanto, en cuanto se desalojen las habitaciones, estas serán vaciadas de
todos los muebles y limpiadas a conciencia. Dado que es posible que se hayan
realizado en esas habitaciones cosas perversas, se exorcizará habitación tras
habitación, con un ritual creado ex profeso para un lugar tan especial.
De los exorcismos se encargará un grupo de sacerdotes que realizará esto con
tiempo y sin prisas. Después, otros sacerdotes bendecirán también cada una de
las habitaciones; usando, además, agua bendita e incienso.
Como es cada habitación
Las habitaciones de los cardenales
deben evitar todo lujo. Su tamaño debe ser el adecuado. Pienso en lo bonita que
es una cama de estilo isabelino con sus cuatro columnas y su dosel. Una cama
así, fabricada en serie, no es cara y, sin embargo, es una obra de arte. Cada
habitación cardenalicia puede tener pinturas propias. No será difícil encontrar
120 artistas en todo el mundo y que cada uno se encargue de una habitación.
Esos artistas pueden hacer las pinturas sin desplazarse y, en las habitaciones,
colocarse reproducciones fotográficas.
Sería bonito que todo el edificio, en
su interior, tenga una estética concorde: por ejemplo, neogótica. Pienso que el
gótico o el románico son estilos muy bellos.
El claustro tendrá, en la planta baja,
galerías cubiertas para que los purpurados puedan pasear a cubierto: protegidos
contra la lluvia o el sol del verano.
Aspecto externo
El
edificio, visto desde el claustro, parecerá que constituye un marco para el
monte central. Será un claustro con cuatro montecillos en sus esquinas, cuyas
laderas llegan hasta la planta baja. Laderas con césped y senderos que también
ascenderán por otros lugares y no solo en las esquinas. Dando con ello una
impresión de verdor y naturaleza. De lo contrario, el claustro ofrecería la
impresión de ser algo masivo y frío. Un claustro pequeño es algo humano. Pero
si es masivo, da una sensación de frialdad.
Por
fuera, el edificio ofrecerá una cierta impresión de castillo: la Fortaleza de
la Iglesia, la fortaleza que protege la fe. Pero debe primar la imagen de que
la construcción es como una peña con vegetación, un monte pétreo. La idea de
que los cardenales vienen de todas partes del mundo a un monte sagrado es una
idea muy bella.
Antes
he hablado de “claustro”, también de fortaleza, pero la estética, las partes
con aspecto rocoso (hechas de hormigón) y la vegetación deben hacer que prime
la idea de montaña tanto en el exterior de la construcción como vista desde el
patio interno.
Precisamente,
por seguridad, sus muros exteriores serán de hormigón. En los primeros tres
niveles, con ventanas tan pequeñas que no permitan entrar a nadie desde fuera.
Los siete pendones
El
edificio contará con un pórtico monumental para enmarcar la Porta Magna de
acceso al interior del edificio. Sobre esa puerta, tres arcos más grandes flanqueados
por dos arcos menores a cada lado de esos tres. Un conjunto con estatuas
románicas. En esos arcos, estarán colgados de forma vertical siete banderas.
En
los días normales, colgará en esos arcos la bandera de la Santa Sede en
los días normales.
Durante
los novendiales, los días de luto por el papa, las banderas serán
sustituidas por unos pendones de color enteramente negro
Durante
el cónclave hasta la elección del Papa: siete grandes
portones cerrarán los siete arcos. Esos arcos cerrados serán símbolo de la
clausura.
Tras
la fumata blanca, se abrirán los arcos y se colgarán
pendones de riquísima seda blanca. Esos pendones también serán colgados el día
de Navidad y el de Pascua, incluso durante la sede vacante.
Las dos puertas
Para
acceder al interior del complejo, solo hay dos puertas: La Porta Magna y la
Porta Parva. Durante el cónclave, la Porta Magna o principal que da al exterior
se cerrará y sellará. La Guardia Claustral (una milicia específica para el
tiempo de sede vacante), la Gendarmería Vaticana y la Guardia Suiza protegerán
el perímetro. Cada cuerpo protegerá un sector del perímetro.
La
Guardia Claustral tendrá el mismo uniforme que la Guardia Suiza, pero con tonos
negros, blancos y grises. Su función es más bien estética, pero será útil disponer
de doscientos voluntarios que ayuden. Por otra parte, ellos no van a entrar en
ningún momento dentro del recinto. Tampoco es necesario que todos los miembros
de este cuerpo vengan todos los días. Los que puedan y quieran, sí. Pero el
resto pueden venir en determinados momentos señalados: la llegada del anillo y
las llaves, la entrada de los cardenales, etc.
Una
vez sellada la Porta Magna solo se abrirá para la salida del Sumo Pontífice.
Para que entren los alimentos y las personas que sean necesarias, estará la
Porta Parva situada en otra parte del perímetro del edificio. Será un pórtico
de tres arcos, elevado a siete metros de altura del suelo: como un balcón sin
balaustrada. Solo se podrá subir a ese acceso a través de una plataforma que se
elevará. Si alguien enfermo tuviera que ser llevado a un hospital, habrá un
protocolo para sacarlo por esa puerta con toda rapidez.
Anuncio de la muerte del papa
Además
de lo que se haga en el Vaticano, en este complejo se hará lo siguiente en
cuanto se comunique la muerte del papa.
Primer
día, el anuncio: En la fachada principal, la de la Porta
Magna, habrá un conjunto de tres gruesas y grandes chimeneas de piedra, de seis
metros de altura. La chimenea central solo se usará para las fumatas blancas.
En caso de fallecimiento del papa, las dos chimeneas laterales echarán humo
negro. Primero sonarán las campanas de esa fachada con toque de difunto. Después,
la fumata negra. Por último, se extenderán siete pendones negros en los arcos
situados sobre la Porta Magna.
Segundo
día, el traslado
de los símbolos: El Jefe de la Casa Pontificia (acompañado
y supervisado por el protonotario) trasladará al Claustro Sixtino el Anillo del
Pescador y las Llaves Petrinas. Esa comitiva también llevará al claustro una
copia del Acta de defunción que quedará a la vista de los cardenales en el
lugar que se designe. Será un acta bella, una obra de arte caligráfica.
Al ser elegido y aceptar la designación
como papa, el camarlengo le pondrá en el dedo un anillo que simbolice su nueva
función. Después le entregará dos llaves que simbolizan su autoridad. Estos dos
objetos, al llegar al claustro, se colocarán sobre una mesa donde se determine.
Estarán a la vista de los cardenales en los momentos determinados y guardados
bajo custodia el resto del tiempo. Durante el tiempo de sede vacante, los
medios de comunicación están buscando por todas partes “imágenes”. Esta será
una poderosa imagen: el anillo y las llaves.
El acta se colocará a la vista en otro lugar,
pero se guardará bajo custodia el resto del tiempo. Los sellos pontificios ya
rotos se quedarán en el Vaticano. La comitiva de vehículos, escoltada por
soldados de la Guardia Suiza, entregará esos objetos al camarlengo.
Comienzo del cónclave
Los
medios de comunicación designados podrán retransmitir:
—el
rezo de la hora tercia en una capilla del complejo
—la
procesión de entrada a la Capilla Sixtina
—el
juramento
—la
clausura de la puerta de la Capilla Sixtina, solo se cierra con llave
—la
clausura de la puerta del monte central, también se cierra solo con llave
—la
clausura de la Porta Magna: se traba con un madero horizontal, se cierra con tres
llaves; y se sella con lacre
Las
dos primeras clausuras las realiza un monseñor en cuanto salen los medios de comunicación.
Pero la tercera clausura, la de la Porta Magna, se realiza desde fuera. Los
tres actos sobre esa tercera puerta se realizan desde fuera, a la vista de los
medios de comunicación.
El pueblo fiel
El
Claustro Sixtino estará emplazado en el centro de una gran explanada,
permitiendo que los medios de comunicación puedan moverse con libertad
alrededor del edificio. Este complejo permitirá también que muchos fieles
puedan acercarse a ese lugar, bien por curiosidad, bien a rezar.
Pensé,
incluso, si se podría habilitar un amplio espacio para que pudieran plantar
tiendas de campaña todos aquellos que quieran estar allí, orando, acompañando a
los cardenales; o habilitar espacios para que se celebraran misas para los
congregados en los alrededores de este edificio.
Pero
deseché la idea para evitar que el lugar se vuelva ruidoso y excesivamente
masificado. Una cosa es que miles de personas se acerquen y oren personalmente,
y otra muy distinta promover actos que darían la impresión de demasiada
agitación alrededor del edificio. La construcción debe dar impresión de solidez
y serenidad.
Anuncio de la elección papal
Saldrá
humo blanco de la chimenea central. Después sonarán las campanas. Se abrirán
los portones de los siete arcos. Pendones blancos preciosos colgarán de esos
arcos. El anuncio de la elección se hará desde ese balcón, pues allí se ha
elegido al papa. Lo lógico es que el papa salga al balcón de la Porta Magna y a
saludar a los allí congregados. Podrá después ir al balcón de la Basílica
Vaticana y dar la bendición también desde ese lugar.
La cima del monte
Sería una idea muy bonita que, mientras
dure el cónclave, diez religiosas pasen el día en oración en esa cima. Cada día
vendrían diez religiosas de otra congregación. Por ejemplo, desde las 9:00
hasta que anochezca. Sobre la cúspide abría un altarcito y allí se colocaría
una custodia. Si hiciera mucho sol o posibilidad de lluvia, habría una
capillita mínima bajo la cúspide. La idea de que estas palomas se posasen sobre
la cima de la montaña para orar me parece muy bella.
Una procesión de fieles podría dar la
vuelta al perímetro rezando el rosario. Podría ir guiada por una cruz
procesional y unos cuantos clérigos con alba y estola. La procesión podría ser
ininterrumpida durante todo el día hasta el anochecer.