Siguiendo el tema de
ayer, quisiera hacer varias añadiduras. Y es que, habiendo tantos temas tan importantes
sobre los que decir algo, me gusta estar entretenido con mis “juguetes”.
En Roma, en agosto, hace
un calor peor que el que sufrían los esclavos hebreos poniendo barro en los
moldes. ¿No sería mejor levantar esa “montaña sagrada” (el claustro) en Polonia?
En Italia, sea un partido
u otro, nos van a poner todos los palos que puedan en las ruedas, todo van a
ser peros. Si te vas a Polonia, todo van a ser facilidades. Es para pensárselo
¡Y, encima, los purpurados estarían fresquitos!
Señores cardenales, piénsenlo: No nos cuesta dinero, es bonito y, encima, ¡estarían fresquitos! Eso sin contar con que en invierno podrían ver caer la nieve desde sus habitaciones mientras piensan a quién votar.
Señores cardenales, piénsenlo: No nos cuesta dinero, es bonito y, encima, ¡estarían fresquitos! Eso sin contar con que en invierno podrían ver caer la nieve desde sus habitaciones mientras piensan a quién votar.
Por supuesto, habría que
pedir la extraterritorialidad para todo el recinto. Nunca está de más. Como dice el poema: La extraterritorialidad es un ingrediente siempre conveniente. (El poema es mío.)
El lugar se podría usar
de forma habitual para retiros espirituales. Sí, como veis, no soy un fariseo de la peor calaña.
También podría ser un edificio
pensado ex professo para ser lugar de encuentro habitual de cristianos,
un lugar ecuménico, con capillas pensadas para ellos. Una especie de casa para
acogerlos en sus reuniones o retiros de oración. Sería muy simbólico que
siempre hubiera medio centenar de protestantes, ortodoxos o coptos donde
pudieran sentirse a gusto, con capillas adaptadas a sus liturgias.
La foto de hoy la he puesto
para que se vea lo bello que quedaría un edificio-recinto como el castillo que
pongo y que encuadrase un monte sagrado. Es el castillo de Pierrefonds. Si yo fuera papa, cada vez que quisiera visitarme mi madre a Roma, le dejaría una nota para advertirle que, por asunto urgente, me ha marchado a Pierrefort.
Qué precioso quedaría este monte sagrado en cuyo
centro estaría la réplica de la Capilla Sixtina y a sus dos lados, con menos
altura, las otras dos capillas de las que hablaba ayer. He hecho un cambio
respecto a lo de ayer, porque si no, la réplica de la Capilla Sixtina no podría
tener la misma iluminación que la de ahora. Y la réplica debe ser exacta, hasta
en eso.
Las oraciones, las reliquias, tanta gente rezando dentro cada día, harían de este "monte" un lugar sagrado.
Las oraciones, las reliquias, tanta gente rezando dentro cada día, harían de este "monte" un lugar sagrado.