sábado, marzo 26, 2022

Lo de ayer

 

Ayer vi la consagración de Rusia y Ucrania en el Vaticano. Nada que decir respecto al contenido, pero sí que me gustaría comentar algo respecto a la forma. Insisto, respecto al contenido, todo perfecto.

¿Cómo lo hubiera hecho yo si hubiera tenido plena libertad para organizar el acto?

Hubiera mandado hacer una imagen ex profeso para la ocasión. En este caso, dado que hablamos del este de Europa, hubiera estado justificado un icono. Pero una imagen de tamaño natural de la Virgen también está bien. Eso sí, yo hubiera pedido que hubiera sido una imagen impresionante... que no costara nada al Vaticano. Hay muchos talleres del mundo que hubieran gustosamente hecho una imagen formidable. Como la Piedad de Miguel Ángel, pero no en piedra. Con la iconografía de la Virgen de Fática, pero con una reinterpretación estética que fuera una gran obra de arte. No me voy a extender en este punto.

El papa sentado ante una imagen de tamaño natural. La imagen flanqueada por cirios en medio de una cierta penumbra. Pocas flores, pero magistralmente escogidas y colocadas. De nuevo no hace falta gastar, hay genios en ese campo que estarían encantados de pagarlo todo. Ya tenemos flores, una iluminación perfecta para que resalten las velas, con una iluminación suave directa a la imagen sin que no se note dónde está el foco.

Alrededor de la imagen, una corona de cardenales con sus galeros y cogullas de un rojo intenso.

Sabiamente situados, como enmarcando la escena, situados en los flancos de la nave central, los obispos con sus hábitos corales. Yo hubiera situado esto en el centro de la nave central para que visualmente resaltara más esta composición en un espacio vacío. No hubiera colocado esto a los pies del presbiterio, porque el baldaquino eclipsa visualmente todo.

Además, para que la basílica respirara la calma de los espacios vacíos iluminados con luz natural, la hora para ello tendría que ser más temprana, solo habría cien sacerdotes y doscientos laicos. Situados en la zona de los bancos de los fieles.

La ceremonia hubiera sido casi igual que vimos, aunque pensada para la televisión. Ayer podía haber dos mil personas en la basílica, en la televisión hay millones. Con lo cual los movimientos de la cámara, la iluminación, todo, debe estar pensado para la pantalla de televisión y de Youtube.

Para la ocasión se podría haber estrenado una composición creada para la ocasión, de manera que las preces recitadas y la música coral se alternaran, formando una composición unitaria, algo pensado así desde el principio. La música puede tener varios estilos, pero como no me fio, hubiera insistido en algo de sabor a Tomás Luís de Victoria. Si el compositor no me satisfacía, desde el principio, estará advertido de que se tomarían fragmentos de autores que ya hubieran compuesto grandes obras.

https://www.youtube.com/watch?v=YXyqPDU0_fM

Y, por supuesto, una procesión, una preciosa procesión. La Virgen en Fátima, si no me traiciona la memoria, entre las varias cosas que les pidió a los niños los días que se apareció, también pidió una procesión. No estoy diciendo que tenga que ser una procesión de muchísimos integrantes, sino que las mentes vaticanas, los especialistas, se pregunten: “¿Cómo podemos hacer una procesión de unas cien personas lo más bonita posible?”.