Debo reconocer que la
Tarta Pavlova queda genial en las fotos, pero odio el merengue, me resulta
empalagoso. Y el segundo ingrediente de esta tarta es la nata, otro ingrediente
que no me gusta nada para los postres: demasiado dulce y con colesterol.
Alguien, al ver tantas
fotos de este postre, podría pensar que me encanta, pero es justamente lo
contrario. De hecho, no la he probado en mi vida.
Aunque ayer, leyendo
sobre esta preciosa tarta, descubrí que se puede hacer merengue sin azúcar, y
la nata se puede sustituir por crema pastelera. Eso ya sería otra cosa.
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Lo del asalto a los
edificios institucionales de Brasil me da mucha pena. Es como asaltar la casa
de todos. Asaltar el congreso de una nación es asaltar el edificio donde tiene
su sede principal la libertad. ¿Cómo un grupo puede querer tomar por la fuerza
el edificio donde se toman las decisiones entre todos los representantes del
Pueblo?
♣ ♣ ♣
En mi libro Monclovia,
ya había llegado a la conclusión de lo mucho que le gusta al género humano esto
de asaltar y, si hace frío, incendiar. Por eso los grandes edificios institucionales
tenían muchas ventanas (símbolo de apertura), pero en sus cuatro pisos
inferiores, los edificios eran verdaderas fortalezas. Pudiéndose clausurar
puertas (acorazadas) y ventanas (igualmente acorazadas) con solo tocar un botón
en el centro de seguridad de esos edificios.
No solo eso, en Monclovia
los retenes de fuerzas de seguridad están siempre dentro del congreso, senado y
Tribunal Supremo. De manera que no tengan que trasladarse.
Los edificios de ese
libro, desde la terraza superior y ventanas a partir del quinto piso, deben
poderse defender como una verdadera fortaleza medieval con medios antidisturbios.
Y eso sin contar con que el conjunto de edificios estaba protegido por un edificio-muro
(de cuatro pisos de altura) que los clausuraba a todos dentro de un recinto
donde estaban absolutamente prohibidas las manifestaciones. Y paro de enumerar
las medidas de seguridad, porque en ese proyecto ese era uno de los aspectos
más meticulosamente pensados.
¿Hay algo más humillante
para una nación ver la sede de la soberanía destrozada por una multitud? La democracia siempre ha tenido problemas, siempre, pero la democracia es la solución.