He leído
vuestros comentarios. Lucía, no sabía que el rey era solo señor de Bizcaya. Interesante,
voy a intentar leer algo más sobre esa curiosidad. La reina de Inglaterra es
solo Señora de la Isla de Mann. No me queda claro si tiene el mismo título sobre
las islas de Jersey y Guernsey, y eso que lo he buscado un rato sin dilucidar
el asunto. Lo que está claro es que en, en la Edad Media, en esas islas ejercía
su autoridad no como monarca, sino como parte del Ducado de Normandía. Es decir,
allí no era monarca, sino duque.
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Enrique,
estoy de acuerdo. Los monarcas franceses encontraron una especie de castigo por
su insensibilidad ante la pobreza de los más menesterosos de su reino. La Revolución
Francesa fue una monstruosidad, pero a pesar de su iniquidad no dejó de ser una
especie de castigo. Versalles y su ritmo de gastos era una crueldad para millones
de personas. Solo con el sudor y la pobreza de millones de súbditos se podían
costear esos dispendios. En conjunto, Versalles era un espantoso pecado. Una
vez que existe lo mejor es mantenerlo.
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En el Banco
de España, se guardan muchísimas monedas valiosísimas y joyas, ocultas en las
cámaras. Eso me lo dijo una persona que trabaja allí y que me enseñó el
edificio por dentro, de cabo a rabo.
Sería mucho
mejor crear, en Madrid, una especie de Torre de Londres donde los turistas
pudieran ver lo mejor de ese tesoro expuesto.
Yo estaría a
favor de que se crearan unas joyas de la corona (corona, cetro, globo, etc.),
aunque no se los pusiese. Unos regalia que estuvieran sobre cojines de
terciopelo en los grandes actos. Regalia que no tuviesen gemas verdaderas,
pues serían muy costosas.
Una especie
de Torre Real en Madrid se sufragaría pronto, al convertirse en un
destino turístico. Una “torre” que podría ser como el impresionante Chateau
Frontenact de Quebec que, en realidad, es un hotel.
Véase ese
hotel en este link un poco largo: https://www.google.com/search?q=Ch%C3%A2teau+Frontenac&sxsrf=ALeKk000LERv-WP9MKISVaOEbyQCRUSxbA:1620045484879&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwjXppXdw63wAhXklFwKHXO1AWoQ_AUoAXoECAIQAw&biw=1280&bih=610
En esa Torre
Real, en Madrid, podrían estar las joyas de la corona, el tesoro del Banco de
España, y hoteles y restaurantes.
(Si algún
presidente sudamericano quiere algo así en su capital, por favor, que se ponga
en contacto conmigo. Yo le doy ideas.)
Lo cierto es
que veo que, con la excusa de la monarquía, Madrid podría tener un filón
turístico que no está nada aprovechado. Aunque no todo es utilitarismo. Creo
que la figura de la monarquía se puede convertir en una figura de unidad, de
belleza, si se le confiere un estatuto tan definido y decidido como el que esbocé
en el ensayo que ya he citado.
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Pero a lo que
me decía otro comentarista, Jorge, le respondo que sí, que tiene razón: no soy monárquico.
En el fondo, mi visión de la figura monárquica es la de un ornato para la
república. Lo reconozco y respeto otras opiniones; de verdad, Jorge. Pera para mí me resulta
imposible tomarme en serio esa función de otra manera que la meramente
decorativa.