Vale, vale. Qué fácil es hacer ironías cuando la idea
inicial es carne de cañón. Pero estoy seguro de que muchas cosas malas se
hubieran podido evitar si en cada diócesis hubiera ese lecho episcopal.
Uno escribió si pensaba que esto del lecho episcopal
estaba en la línea del papa Francisco: ¡por supuesto! Al 100%. Estoy seguro de
que me pondría la mano en el hombro y me diría:
—Ah, cómo me gustaría tener ese mueble aquí. Pero no
me atrevo. Sería una idea muy criticable.
—No, no la ponga en práctica. La idea tendría
demasiados detractores.
Y tras un momento de silencio, le preguntaría:
—¿Le he explicado mi idea de una bañera episcopal?