Alguien pasó un wassap
con una foto mía dando a entender a muchos que estaba grave. Después, alguien
añadió un audio dando a entender lo mismo. Así que ayer por la noche y hoy por
la mañana he recibido muchas llamadas de gente preocupada por mí y por mi madre
(que está perfectamente). Esto, como los virus, comenzó por una sola persona. Hubo
un virus nº 1, un primer virus. Al menos, mucha gente ha rezado por mí.
Ha tenido su interés
recibir casi los pésames en vida. Una experiencia nueva. Menos mal que no se
han dedicado a enviar coronas funerarias a mi casa.
He ido al supermercado a
comprar. Las baldas de la carne fresca estaban vacías. Menos mal que la de
quesos, no. También he comprado cereales, latas de sardinas, detergente y cacao
en polvo. Recuerdo a todos que se puede ir a las iglesias, allí donde estén
abiertas. El artículo 11 del decreto lo permite. Yo llevo una copia en mi
tablet por si me para un guardia, la llevo en pdf.
Ayer di dos unciones de
los enfermos. Hoy un hijo me ha pedido que vaya confesar a su padre. Domino´s
Pizza ayer trajo gratis pizzas a los que trabajan en urgencias. Yo me fui de
urgencias poco antes de que llegaran.
Menos mal. Aunque solo hubiera probado una
porcioncita, algún malicioso hubiera dicho: “El cura se ha comida la mitad de
las pizzas”.
Aunque otro hubiera, tal
vez, dicho: “Qué raro, creía que se había muerto”.