Estoy leyendo, por
segunda vez, la preciosa novela El amante de Marguerite Duras,
literatura en estado puro. Durante las comidas, he estado viendo varios
capítulos acerca de los antiguos jardines islámicos, desde Marruecos hasta Irán.
Sí, era un documental inglés. Esta noche comenzaré a ver María, reina de los
escoceses. Sigo con mi novela sobre san Pablo. En un par de semanas habré
acabado el segundo tomo. Los dos primeros tomos significarán unas ochocientas
páginas. Sí, el que comience la novela va a tener que afrontarla como el viajero
que comienza un largo viaje.
En Alcalá siguen las misas, el culto público no se
ha interrumpido. Ahora iré a concelebrar a la parroquia más cercana a mi casa. Mi
madre no para de darme remedios médicos. Ahora me insiste mucho con el Vicks Vaporub.
Otra persona que me llamó desde Barcelona me insistía en la cebolla. Un amigo
mío me recomendó una combinación de tres fármacos.
Creo que ahora no es
momento, como hacen algunos, de agrias críticas al gobierno. Se pueden dar
sugerencias o hacer críticas desde el respeto, insisto, desde el respeto. Pero no
tengo la menor duda de que ellos están intentando hacer las cosas lo mejor
posible. Por supuesto que cuando revisemos todo, nos daremos cuenta de que todo
es mejorable. Cuando revisemos todo, nos daremos cuenta de qué fue acertado y
qué fue errado. Pero no es el momento de hacer críticas agrias, duras o
descalificadoras. Todo el mundo está intentando hacer las cosas lo mejor que
puede.