martes, abril 26, 2022

Otro billete confederado

 

Las últimas declaraciones del ministro ruso de exteriores han sido repugnantes, como siempre. Ha dicho acerca de una tercera guerra mundial que el peligro es serio, es real. No se puede subestimar.

Hay mucha diferencia entre decir que “hay peligro” y decir “hay peligro de que nosotros usemos las armas atómicas”.

Una cosa es que la policía diga hay peligro de un asesinato, y otra muy distinta que el asesino diga: Veo posible que cometa el asesinato. Pero no es algo decidido todavía.

¿Pero como el gobierno de una nación puede hablar de estas cosas  con esta ligereza, con esta frivolidad, con esta insensatez?

¿Cómo me gustaría ver a Putin con unas esposas en las muñecas y cadenas en los tobillos tener que comparecer ante un tribunal internacional? Y que le gustara o no, tuviera que asistir al proceso.

Me alegro de que se vaya a cambiar el marco del Tribunal Penal Internacional (ICC). Hay un nuevo edificio proyectado. Me alegro, se merecía un marco teatral, al menos para emitir las sentencias. ¡Es la humanidad la que juzga allí! No es ningún país en concreto, no las leyes de ninguna nación, sino la Justicia en su más alta expresión. Allí no se juzga un robo o una estafa, sino cosas como el genocidio, la guerra, los delitos de lesa humanidad.

Delitos imprescriptibles tan inhumanos que el tribunal actúa con una jurisdicción universal. Desde la creación del tribunal ningún genocida puede sentirse seguro cuando se retire.