Hoy he escuchado unos pocos minutos de una charla de don José Guerra
Campos, el santo obispo de Cuenca. Conferencia a la que ya me he referido en otros
posts. En parte, he puesto esta charla por escuchar un castellano que suena a
los oídos como verdadera música. Qué dicción, qué entonación. La forma está
acorde con un contenido que, simplemente, es inmejorable.
https://www.ivoox.com/iglesia-espana-1936-1975-1-parte-audios-mp3_rf_171139_1.html
Pero lo que pensaba yo al escuchar a este prelado, fallecido en 1997, es
que la España que él conoció era otro mundo, era radicalmente otra cosa. Los 24
años que separan su muerte de nuestros días parecen un siglo.
Él percibió, como otros obispos, la labor que iban a desarrollar las
semillas sembradas en los años 70. Ahora estamos al borde de la implantación de
una dictadura ideológica que llevará a la verdadera persecución. Siempre me
opongo a decir que ahora hay una persecución. Ahora solo hay hostigamiento. Lo que
viene más adelante sí que será verdadera persecución.
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Hoy he escuchado a un agnóstico muy famoso, no diré el nombre por ciertas
razones, y él reconocía con una contertulia que, sobre ciertos temas, ya no se
puede disentir ni en lo más mínimo. Él reconocía que se había implantado una
dictadura ideológica.
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Si el presidente Biden se presentara en la fila de comunión y yo estoy dando el Santo Sacramento, delante de todos le diría que no puedo darle la comunión.
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En la Guerra Civil Española, se combatió la destrucción con la destrucción,
se combatió a la muerte con la muerte.