miércoles, febrero 08, 2023

La única pesadilla recurrente de mi vida

 

Me acuerdo de mis sueños, esa ha sido la tónica general en mi vida. En mis sueños, no hay pesadillas. Incluso si hay una situación de peligro en mi sueño, suelo afrontarla sin que derive en pesadilla. Pero hay una excepción. Hay un sueño que se lleva repitiendo una media de una vez al año desde hace unos quince años. Y siempre es el mismo sueño.

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El sueño siempre comienza de la misma manera: voy en grupo visitando un castillo o un inmenso caserón abandonado.

De pronto, me despierto y me digo a mí mismo: “Vaya, me he quedado dormido”.  Me he quedado dormido en el suelo, pero ya es de noche. Estoy solo, perdido, sin saber cómo salir.

Y lo que es peor. Dormido, he ido resbalando hacia un espacio muy estrecho. El espacio no me oprime, hay un palmo de hueco por encima mío, pero es estrecho como un nicho. Y lo que es peor, sé que se va a ir estrechando más, por lo que se hace necesario salir de ahí. Pero no tengo espacio suficiente para salir por mí mismo.

Entonces es cuando grito, con todas mis fuerzas; en ese momento me despierto.

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Siempre es el mismo sueño. Siempre me quedo dormido en el sueño y el grupo ya ha seguido su camino. Nunca hay más elementos. Nunca aparece nada nuevo en el sueño. Siempre me he deslizado, sin querer, hasta ese lugar tan peligroso. No hay imágenes, soy en la oscuridad.

Otra característica interesante es que no tengo claustrofobia. Nunca he sentido esa sensación y pude comprobar que no la padecía cuando hace años me hicieron un TAC en una de las máquinas antiguas. La resonancia se hizo para saber si tenía hernia discal, se comprobó que sí. Estuve dentro de aquel “ataúd” casi media hora, y en medio de unos sonidos atronadores. Ahora sé que colocan unos cascos a los pacientes, y que las máquinas están más abiertas; pero aquella era un verdadero tubo estrecho.

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Así que me quedó claro que no, que no tengo claustrofobia. En el sueño que tengo, en realidad, no sufro por angustia de la estrechez, sino porque sé que si me quedo allí, las paredes se van a estrechar hasta quedar aplastado. Es un matiz pequeño, pero siempre es así.

¿Para mí tiene algún significado? No. ¿Responde a algún episodio de mi vida, de mi niñez? La verdad es que no. Además, el sueño no comenzó en mi niño. Las primeras veces que tuve ese sueño fue cuando ya contaba con unos treinta y cinco años.

Entonces, si no tiene ningún significado, si no responde a ningún episodio de mi vida, creo, ¿por qué siempre es el mismo sueño? Quedarse dormido en el sueño, despertar, gritar. Pero no grito de horror, grito para que me escuche alguien, ese es otro matiz interesante. 

No tengo miedo a los castillos ni a los caserones abandonados. Tampoco me importaría meterme en un lugar estrecho si hubiera alguna razón, no tendría ningún inconveniente. Para mí esta pesadilla es un misterio. Ah, otra cosa, no creo en los libros con largas listas de intepretación de sueños. Y para mí Freud es pura literatura. 

Sinceramente, escucharé lo que me tengáis que decir con interés, pues no sé muy bien qué pensar.