Perdonad, hoy toca otro
post-fantasía un poco aburrido. (O muy aburrido.) Además,
del peor tipo: el post arquitectónico. (¡Mamma mía!
Preparaos.) Sigo adelante. (Tras la petición
de perdón, a perpetrar.)
¿Os acordáis de la
Iglesia de la Pasión de Cristo? Esa idea que os expuse. Pues ayer se me ocurrió
que se podría hacer algo parecido con la Virgen María. Es decir, un templo de
planta cuadrada, dividido en nueve capillas, en el que en cada una hubiera un
símbolo, solo uno, de la Santísima Madre de Jesús.
En uno se podría exponer
una bellísima flor que fuese una impresionante alhaja que fuese símbolo de la
Virgen: un lirio, una azucena. Algo que fuera una predicación en sí misma. Una predicación
material, tangible.
En otra capilla, podría
haber una bellísima pila bautismal que fuera símbolo de María como pozo de la
gracia. Pila en la que se harían bautismos.
Por supuesto, en una
capilla, solo en una, habría una impresionante imagen de la Virgen. Esta estaría
al final del recorrido, porque también esta iglesia estaría pensada como
recorrido, como itinerario, como romería de veneración.
En la capilla central,
estaría una reproducción de la Casa de Loreto. En una de las salas interiores, se
situaría el sagrario del templo. Habría asientos alrededor de esta réplica de
la Casa de Loreto para que, cuando se llenase el interior, la gente pudiera
hacer su oración alrededor de ella. La casa se transformaría así en una especie
de segundo sagrario de piedra que contiene el interior metálico.
Leeré en la sección de
comentarios qué otras cosas podrían colocarse en un templo de esta naturaleza:
un templo para la Virgen.
También se me ha ocurrido
que este segundo templo podría construirse al lado del Templo de la Pasión de
Cristo, porque María siempre estuvo junto a su hijo desde que nació. Cada templo
sería de planta cuadrada, pienso en algo similar a la Lonja de Zaragoza; y se
podrían colocar uno al lado del otro. Dejando entre los dos un espacio cuadrado
para crear un claustro. En medio del prado central habría un árbol, como
símbolo del árbol de la Vida.
En fin, espero que me sugiráis
más ideas para este afán de erigir templos que sean conceptos nuevos para este
siglo XXI.
Post Data: Querido señor Munsk, sé que le hacía ilusión lo de una empresa privada para ir al espacio. Pero, en realidad, la gente no quiere ir al espacio. El espacio es aburrido, vacío, negro y no hay nada parecido a Star Wars o Galáctica. Se parece más al Desierto de los Monegros. Lo que en realidad la gente quiere es peregrinar a templos como el que le he descrito y que cuestan una cuarta parte de su alocado e insensato proyecto espacial.