jueves, febrero 17, 2022

La que fue llamada la "terra das palmeiras"

 

La foto no tiene nada que ver. La he puesto porque es muy curiosa. Hoy he leído el siguiente comentario en mi canal de Youtube; de una mujer llamada Alenita, que es de Brasil; perdonad que no me haya atrevido a traducirlo, pero hacerlo hubiera significado perder parte de su poesía:

Lendo seu livro. Summa Demoniaca. Demorou a coragem para iniciar mas ela veio e é como ouvir suas lives.  Com cenário de roupas secando no varal ao pôr de sol das 17 horas no verão, brisa de país tropical. Palmeira ao vento e canto de pássaros. Obrigada padre Fortea, ainda acredito ouvi-lo ao vivo por aqui. Sua bênção.

Es pura poesía. Cuando escribí ese libro en la vieja Europa, no pensé que alguien leería esas "oscuridades" en una tierra llena de luz, de palmeras, de pájaros cantando. ¡Qué contraste entre las tinieblas que disecciono en el seno del libro y la benignidad brasileña de esa tierra!

Eso es lo fascinante de escribir, que después te lee un preso en su internamiento carcelario. Ese preso me escribió una carta. ¿Qué comentarios provocaría con sus compañeros? ¿Qué discusiones acerca de teología? ¿Qué semillas introdujeron las páginas en su vida posterior?

También me leyó un cartujo. Puedo imaginar a ese santo varón en su celda, leyendo muy lentamente. Sorprendiéndose en algún párrafo, disintiendo con razón de alguna afirmación. El lector era el prior y decidió escribirme un email acerca de un pasaje.

Otra vez una esposa me pidió si podía saludar por teléfono a su marido moribundo de cáncer. Había leído mi autobiografía y le hablaba mucho de mí. Como vivía en Madrid, fui a su lecho. Era asiático, creo recordar que era filipino.

También me he encontrado con todo lo contrario. Una vez fui a saludar a un economista al que yo admiro, y me saludó de modo más grosero que le fue posible. Estábamos los dos invitados a una comida que se nos daba a los conferenciantes de ese año en una asociación. Pues dejó bien claro que me conocía y que no deseaba hablar conmigo ni una sola palabra.

Mi vida, como la de cada uno de vosotros, tiene alegrías y tristezas, personas concretas que os producido gozo, y caras conocidas que os producido pesar. En este post no os he dicho nada que no os haya sucedido a vosotros, cada uno con su propia versión según el trabajo.