viernes, noviembre 27, 2020

Los iconos han sido fuego de lo alto para el coronavirus, o más bien mano de santo



 

Hoy he leído este artículo de La Vanguardia acerca de que La pandemia se ceba con los jerarcas de las iglesias ortodoxas, donde sigue sin tomarse en serio:

https://www.lavanguardia.com/internacional/20201127/49736940471/rusia-iglesia-ortodoxa-coronavirus-pandemia-jerarcas.html?facet=amp&utm_source=lavanguardia_amp&utm_medium=referral&utm_content=yusp

Pero lo cierto es que, después de leer las cifras que aporta el artículo, no acabo de ver que los obispos ortodoxos muertos por el coronavirus sean más que los obispos católicos que sí que han guardado todas las medidas de confinamiento.

De ningún modo estoy diciendo que se desobedezca a las autoridades civiles que estoy seguro de que actúan con la mejor de las intenciones.

Pero estoy seguro de que Dios protege a los que tienen fe.

Las dos afirmaciones son verdad. Si Dios no les protegiera, hubieran caído como conejos ante la mixomatosis con lo que les gusta besar iconos y, además, comulgan de la misma cucharilla. ¡Y vemos que no ha sido así! Es más, la cifra de obispos muertos me parece increíblemente baja, dado que son matusalenes.

Así que la cifra lejos de escandalizarme por sus decisiones, de lo que me convence es de la protección de Dios. El artículo me ha convencido justo de lo contrario que pretendía. 

Yo no quiero que me pongan ninguna multa, pero os aseguro que besaría cualquier icono con total tranquilidad. Lo siento, pero es lo que pienso. Y respeto al que no quiera besarlo.