Ahora que las aguas
electorales han vuelto a su cauce y vuelve a salir el sol en Nueva Inglaterra y
en el resto de tierras anexionadas más al oeste, me gustaría hacer algunos
comentarios acerca del sistema electoral y constitucional de esa nación a la
que tanto amo. La nación que produjo los dibujos animados de Bugs Bunny y la
Hormiga Atómica. Razón que ya es suficiente para estarles para siempre agradecido.
Ah, y Las aventuras del sheriff Lobo.
Primero.
¿A quién se le ocurre que, en algunos condados, la contabilidad de los votos la
haga una máquina? Eso, probablemente, ya se le ocurrió a algún colaborador de Hitler.
Y este debió responder: Imposible, no hay nadie tan tonto que caiga en una
trampa así.
Segundo.
Allí los votos se recogen en el lugar de votación y se trasladan (en cajas
cerradas) a los lugares de recuento. Todo el mundo se da cuenta de que es más
sencillo y más seguro, el sistema español. Los votos se reciben a la vista de
todos (miembros de la mesa y supervisores de los partidos) y se cuentan a la
vista de todos. Solo se envían los resultados.
El sistema americano es
menos sencillo y mucho más inseguro. ¿Y si se sustituyen las cajas? (Es posible sí. Nunca hay una continuidad visual perfecta.)
¿Y si se destruyen? (Se puede atentar contra
las cajas de los condados más favorecedores de un candidato.) ¿Y si hay
problemas con la documentación que acompaña a las cajas? (Un solo funcionario del lugar de recuento puede hacer
eso deliveradamente.)
Tercero.
En Estados Unidos, un presidente sigue siendo presidente hasta que es elegido
el nuevo de manera formal por el colegio electoral. Haga lo que haga, mientras
no cometa un delito, seguirá siendo el presidente.
En España, no. Puede ser
removido en cualquier momento por el congreso, aunque no haya cometido un
delito.
Cuarto.
Si después de nombrados por los compromisarios, muere el presidente de Estados
Unidos y su vicepresidente, llegaría al Poder algún individuo que no está a ese
nivel de capacidad. Y se mantendría en ese puesto hasta las siguientes elecciones.
Alguien puede ser adecuado para una secretaria de Estado, pero no para ser
presidente.
En fin, son cuatro puntos
que se me han ocurrido y que se unen a otros puntos de la constitución de ese
país (sobre los que ya hablé en otros posts) que ciertamente serían mejorables.