martes, enero 26, 2021

Los nombres romanos en mi novela

 

Como ya os dije estoy inmerso en las correcciones de mi novela. Una de las cosas que he tenido que revisar son todos los nombres de individuos romanos. Os voy a compartir esta cosa porque os va a resultar curiosa.

Veréis, el praenomen solo se usaba en la más estricta intimidad. Cuando a uno le preguntaban el nombre, uno respondía con el nombre de la gens: Antistio, Aselio, Cosinio o Cluentio. De hecho, ni siquiera sabemos cual era el nombre de pila de Poncio Pilato. Poncio era el nombre de su gens. El cognomen era la rama dentro de esa gens, en su caso Pilato.

Pues bien, he tenido que revisar todos los nombres de mi libro porque cada gens tenía sus propios cognomina. Por ejemplo, la gens Caninia tenía las ramas Rebila, Galla, Satria, Salustia y otras. Mientras que otra gens tenía otras ramas.

Es decir, los cognomina no eran intercambiables; cada árbol familiar tenía los suyos. Para complicar más la cosa, hay que ver si ese cognomen existía en la época de san Pablo. Porque algunas ramas de la gens aparecieron siglos después. Para complicar más las cosas también estaban los agnomina, los cambios por adopción (bastante usuales) y otras cosas; porque sí, había más cosas.

Como veis, este sistema para nada tiene que ver con el nombre y dos apellidos que tenemos nosotros. Se trata de un sistema completamente distinto. A esto hay que añadir que las mujeres seguían otro sistema distinto. Los esclavos y libertos tenían reglas diversas a las que he dicho. Los bárbaros que romanizaban su nombre, otras reglas. Y podría seguir con la lista de excepciones.

Aunque os debo confesar que cuanto más me sumergía en estas reglas y normas, más disfrutaba.

El nombre oficial del emperador Nerón fue en latín: Nero Claudius Caesar Augustus Germanicus.  Lo de germánico le viene porque era el sobrenombre del emperador Claudio. Título de honra que había recibido el padre de Claudio (por sus campañas) y que el hijo decidió mantener en su nombre.