martes, enero 04, 2022

Tradición, como decía el judío de "Un violinista en el tejado"

 

Hoy he estado viendo un vídeo sobre la Cámara de los Lores y otro vídeo sobre Cámara del Parlamento del Reino Unido. También he leído algún artículo acerca de las tradiciones vigentes en la segunda cámara. Por ejemplo, ningún parlamentario se puede referir a otro por su nombre de pila, están prohibidos los aplausos, hay reglas sobre el modo de vestir, etc.

Hay algunos dentro de la Iglesia que ven la Tradición de la fe y las tradiciones eclesiásticas como una especie de corrupción, de desviación, frente a la pureza bíblica o a la pureza del Evangelio.

No solo semejante forma de pensar es errónea, sino que estoy a favor de la tradición incluso en las cámaras parlamentarias de las democracias o en los símbolos del Poder constitucional. No es que me parezca mal en la Iglesia, sino que me parece bien hasta en ese otro ámbito del Poder.

Las buenas tradiciones, las que son nobles, bellas, forman parte de nuestras vidas para bien. No conoce la psicología humana, no respeta la belleza, aquel que quiere podarlo todo. Los marxistas siempre han sido muy dinamitadores. Y sus hijos intelectuales tienen una gran tendencia a la dinamita no material. Yo soy totalmente contrario a cualquier revolución. La revolución suele ser la antesala donde esperan los asesinos. No me gustan los tribunales populares, ni que se incendie nada. Amontonar cosas para hacer una pira es propio de paletos.

El Reino Unido es una democracia con alma, con poesía.

Yo me siento a gusto entre pelucas, zapatos con hebillas y gowns (togas parlamentarias). Mientras que entre camaradas revolucionarios sonrío con una sonrisa nerviosa, pero más bien estoy pensando como salvar mi vida.