jueves, julio 14, 2022

Bonita biblioteca

 

Hago este parón en mitad de la mañana porque llevo varias horas sumergido en descripciones acerca de los palacios persas y en artículos acerca de las fortalezas orientales de ese imperio. La novela sobre el exilio babilónico sigue adelante. Toda esta información se la debo a un comentarista, Alfonso. Mi petición de ayuda a los comentaristas siempre suele ser escuchada y dar fruto, algo de que agradezco de corazón.

Mi novela trata en gran medida acerca de las bibliotecas. Ni siquiera en 1999, cuando empecé a escribir el libro, pude ni remotamente sospechar que vería la aparición de una biblioteca universal, la Red. En menos de quince años pudimos ver realizada esa idea que siempre había rondado la mente de los pensadores.

Ayer almorcé con una familia. Una deliciosa comida, por los alimentos y la compañía. También nos fuimos a visitar la casa-museo de Lope de Vega. Entrada gratuita.

Interesantísima la casa-museo. La comida consistió en unas croquetas, rape y arroz con leche. Aunque también espolié el segundo plato de mi amigo de uno de sus chipirones. Entre su mujer y yo casi no le dejamos nada. Antes de que él empezara nos dijo: “Tomad, tomad, probadlos”. Pobrecillo, aceptamos.