miércoles, julio 13, 2022

La idea de flotar sobre una preocupante profundidad

Me gustaría compartiros algunas cosas más sobre mi novela El libro del fin del mundo. Hay libros que son fruto del trabajo, meros frutos del trabajo, mientras que este libro es un libro visitado y revisitado durante toda mi vida. Cuando esto sucede, el libro se convierte para el autor en un “lugar”, en un espacio para pasearlo, un sitio entrañable que se va decorando a gusto, que se va reformando y ensanchando.

De manera que este no es otro libro más en mi vida, sino el libro en el que he volcado mis pasiones favoritas. Otros han descrito barrios marginales de Barcelona, la vida en una fábrica de Berlín, los tormentos de una mujer oprimida. En El libro del fin el mundo recorro la escolástica, las iluminaciones de los pergaminos, los bestiarios, una biblioteca parisina, el paso del tiempo: las cosas que me gustan, las que me interesan, las que despertaron la curiosidad desde mi juventud. Es un libro sobre las cosas en las que me he complacido durante años.

El libro del fin del mundo no trata del apocalipsis, sino que en cierto modo trata del tiempo. El tiempo como gran protagonista. El otro protagonista es el mundo, la materia, lo que existe en toda su fascinante diversidad.