martes, enero 14, 2020

Qué mal rollo, qué mal rollo



Hoy mi intención era castigaros con alguno de mis posts sobre las lecturas que había hecho durante la mañana o algo similar de tipo plúmbeo. Pero ha saltado una noticia que no puedo dejar de comentar. Me refiero, cómo no, al “desmentido”, “comentario”, “aclaración” o como se quiera llamar que ha hecho monseñor Ganswein sobre el libro del cardenal Sarah.

Que este tipo de triquiñuelas cardenalicias sucedan en las alturas, restituye mi confianza en la naturaleza humana. Es decir, detrás del rostro serio, aséptico y algo robótico de algunos purpurados se esconden los mismos dimes y diretes que entre un párroco nuevo, el coadjutor insatisfecho y el párroco jubilado que le ha dado por jubilarse en el pueblo. Este tipo de asuntos me encantan. Es como lo de don Camilo y don Pepone, pero en versión vaticana.

Tengo cariño por el cardenal Sarah, pero las posibilidades de que esto le saliera bien eran 0 (cero). El proyecto de que el papa emérito apareciera como coautor era como una diligencia enfilada al precipicio y perseguida por los indios. Por los indios y por la caballería, en este caso unidos.

Todos han sido muy amables. Sí, estoy seguro que ha sido un malentendu. No tengo la menor duda de que el purpurado no se dio cuenta de la portada y que el nombre del papa aparecía en la portada. El mismo título del libro, Desde las profundidades de nuestros corazones, era otro malentendido. Todo ha sido un malentendido sin malicia. Pero la próxima vez que planee el atraco a un banco le sugiero que me consulte para pergeñar un plan comme il faut que evite malentendues.

Porque esto ha sido como si cuando Hitler invadió Checoslovaquia hubiera salido un titular diciendo: “No ha sido una invasión, ha sido ein Missverständnis (un malentendido)”.

Por favor, una última sugerencia. Eminencia, si publica un libro, yo le hago gratis la portada. Porque la portada de la editorial Fayard es de las que no se ven desde los años 30. No bromeo, ni sabía que se seguían haciendo portadas así.

Como no sabía que foto poner, he puesto el retrato de una monja. En cualquier otra imagen, hubierais buscado segundas o terceras intenciones.