Por
la tarde, después de comer he tenido infinidad de llamadas. Parece que todo el
mundo se ha puesto de acuerdo para llamarme. Hasta una monja que conocí hace
años.
Después
he dedicado un buen rato a darle forma final a aquella idea de un proyecto de
residencia papal en Polonia. Una idea un poco loca, hasta yo lo reconozco. Pero,
bueno, ya que le dediqué tanto tiempo a pensarla, lo voy a poner por escrito. Solo
serán dos ratos después de la comida en dos días.
Un primo segundo me ha pasado una foto de mi padre cuando él tenía unos 18 años. ¡Madre mía! Fue mucho más rebelde que yo a su edad. Aunque, en realidad, yo nunca fui nada rebelde. Mi mayor acto de rebeldía son estos proyectos arquitectónicos un poco descabellados.
Como
estaréis un poco acalorados, os pongo un vídeo refrescante: