miércoles, mayo 18, 2022

La tiara papal (3ª parte)

 

No os esforcéis con vuestro móvil. Hagáis lo que hagáis, nunca os saldrá un "cuadro" así. Las fotos que he puesto estos días son verdaderas obras de arte y detrás de su aparente simplicidad hay un trabajo formidable.  

Después de los posts de ayer qué haría yo respecto a la tiara si tuviera mando en plaza. Pues tras hacer una catequesis acerca de lo que significa en sí misma y de que usar ornamentos sagrados para oficiar es un modo de honrar a Dios, lanzaría el llamamiento a que cualquier joyero del mundo (o quien sea) diseñe la más bonita tiara posible. No se trataría de hacer una tiara más, sino la tiara más bella posible.

Me inclino más bien por una tiara totalmente cónica, no abombada, y de una altura máxima de dos palmos. Es decir, regresaríamos a una estética más medieval y un tamaño más pequeño. Tendría que ser lo más ligera posible y tendría un tono esencialmente blanco. Pensando, en el futuro, en que haya una tiara verde, morada y roja, a juego con los ornamentos litúrgicos del día.

Una vez reunidos todos los proyectos, se escogería uno. Aunque estarían advertidos de que se podrían tomar ideas de otros proyectos. En principio la manufactura correría a cargo de la joyería que enviara el proyecto. No faltarían donantes para realizar un encargo así. Habría que decidir si se usan piedras auténticas o imitaciones baratas, imposibles de distinguir en la distancia.

En cuanto al tamaño y forma de esta tiara estaba pensando en algo parecido a las dos tiaras que aparecen a partir del minuto 1:27 de esta película:

https://www.youtube.com/watch?v=-ZXj6jGUIsY

En realidad, pensaba en una altura algo menor y una forma más cónica; pero las de la película están bien. Si bien esas dos tienen un aspecto muy sólido, muy macizo. Una tiara como la que tengo en mente, con diamantes (falsos) y perlas (falsas) y gemas piedras blancas debería tener un aspecto más grácil, más etéreo.

Ojo, las dos tiaras de la película me parecen dignísimas, pero lo que se puede conseguir tras una consulta mundial puede ser una obra de arte sublime. No porque tenga un número mayor de elementos, menos es más, sino porque se logre un obra de arte joyero que sea espectacular. No estoy pensando en añadir, ni en barroquizar; al revés, pienso en una obra más esencial pero con unos detalles que hagan de ella una obra de arte.

Una obra tan espectacular que quizá convendría que formara parte de un juego completo con unas chirotecas (guantes) y un calzado litúrgico creados ex profeso para crear un conjunto armonioso.