viernes, mayo 13, 2022

Leyendo

 

Sigo con la relectura de La Regenta. Voy de admiración en admiración. Ya he dicho que la considero la obra cumbre de la novela en lengua española de todos los tiempos. Quizá como novela sea la mejor de la historia, a mi humilde entender. Entre Madame Bovary, García Márquez, Lolita y esta, considero a la española la mejor. Podría poner más autores internacionales en la lista, pero la obra de Alas Clarín es la novela total más perfecta, la más genial, las más rebosante de sutiles matices.

Este hombre que murió con 49 años ¿cómo puede hablar de la vida interior del cabildo con esa profundidad? Se necesitan muchos años de pertenencia a esa institución para lograr esa penetración en las intimidades, en los mil pequeños detalles. Y, evidentemente, él nunca fue canónigo, era un catedrático de Derecho, casado.

¿Cómo es posible que acercándose desde fuera, unas cuantas veces, lograra radiografiar esa “vida” de la institución?

Sí, es cierto, lo he comprobado. Del mismo modo que hay individuos que nunca se enteran de nada, individuos que (en una conversación) te esfuerzas para que comprendan lo evidente, también hay individuos que tienen mirada de águila. Ven detalles que tú no ves, comprenden relaciones entre esos detalles que tú no captas.

Lo curioso es que no pocas de estas águilas de inteligencia acaban en puestos anodinos, y hombres obtusos acaban dirigiéndolo todo.