jueves, septiembre 01, 2022

Adiós, verano, adiós

 

Ahora que ya ha cambiado el tiempo, ahora que los días son menos calurosos, y el tiempo se convierte en una cuesta inclinada hacia el frío, uno siente cierta nostalgia del verano.

El verano como el tiempo de la vida, de los chapuzones en el río, de las excursiones, las hamacas orientadas hacia el firmamento estrellado. Hace muchos años que mis veranos no son así, pero esa estación ha quedado ya unida a esas impresiones, a esas imágenes.

A mi edad, el estío es solo un tiempo de calor agobiante. Y, no obstante, en septiembre siento una cierta nostalgia, como de un tren que ha pasado, como de un tiempo no bien aprovechado pero que se me ofreció.

Pero en todo esto hay más de poesía, de imágenes, de recuerdos escogidos, que de realidad. De este verano me viene a la mente, ahora, la memoria de mi lectura fascinada de La Regenta, la visita a los talleres de restauración de El Prado, un baño en una piscina con tres amigos magníficos conversadores, tras la que siguió una barbacoa; una comida con una familia, tras la cual nos fuimos a visitar la Casa-Museo de Lope de Vega.