martes, febrero 09, 2021

Un viaje ideal en un continente ideal con unos compañeros ideales

 

Yo soy sacerdote y, por tanto, lo que voy a describir solo es una cierta “fantasía”. Una fantasía al alcance de pocos, me temo.

Un viaje en el que uno dice, por ejemplo: “Voy a recorrer Europa hacia el norte”. Salir con los coches e ir parando en cada lugar que a uno le interese. Bien acompañado de amigos. Unos seis u ocho, tampoco más.

Un viaje sin fecha de finalización. Con alguien que pueda aconsejar bien dónde comer en cada ciudad, pequeña o grande. Imaginemos también que uno se puede permitir contratar un guía en cada ciudad. Imaginemos que uno puede permitirse un muy buen hotel en cada parada.

Y que si los acompañantes están cansados tras cinco días, se puede decidir pasar un día entero o dos leyendo una buena novela, haciendo uso de la piscina interior climatizada.

Un itinerario que puede ser de dos semanas o de tres o de un mes. Gastronomía, museos, paseos, ejercicio físico, lectura. Todo de un modo relajado, sin preocuparse del dinero.

¿Os he puesto los dientes largos, eh? La realidad es que los millonarios, por regla general, tienen un mal gusto formidable para gastar sus fortunas. Seguro que hay excepciones. Pero la que he descrito es una manera muy agradable de emplear el dinero. Un viaje como el del emperador Adriano. Un viaje como el de algunos millonarios norteamericanos en los años 20.

Otra cosa es que el dinero hay que usarlo en beneficio de los pobres. Pero un viaje así ya lo creo que sería agradable. Aunque, la verdad, no nos engañemos, los viajes baratos organizados... en fin, que se ve lo mismo y se disfruta de forma parecida a precios proletarios. Lo digo en serio. Esto de los lujos asiáticos está muy bien en una novela. Pero Florencia es igual la veas como la he descrito o la veas de un modo barato.