Siempre presto
mucha atención a los comentarios de Lucía porque son sensatos, siempre. Es una
de las personas que en la sección de comentarios refleja el sentido común. Por eso,
creo que merece la pena poner su comentario y mi explicación. Escribía ayer
Lucía tres cosas que pongo en color granate:
Creo que al
P.Fortea, le gustan las ideas centralizadoras.
No, jamás he
manifestado un pensamiento favorable al centralismo. Se podría discutir si es
preferible el federalismo o el centralismo o una posición intermedia. Podemos
hacerlo en otro post.
Pero sí que
he manifestado la idea de que la democracia debe ser fuerte. Hay que acabar con
el estereotipo de que los fascismos son fuertes; y los parlamentarismos,
débiles. La democracia puede y debe ser fuerte, y puede estar dotada de una
estética arquitectónica que refleje orden y poder, aunque esto es una opción. Otra
opción es que los órganos institucionales tengan su sede en ramplones edificios
de oficinas.
La idea de
crear un Ministerium (de la que hablaba ayer) se debía más al propósito de
crear iconos nacionales que a la de suplir una verdadera necesidad.
Escribía Lucía ayer:
Primero nos
habló del diseño de "un barrio institucional" para la capital y ahora
de concentrar a todos los ministros en un mismo edificio de la capital.
Esta idea que
he expuesto debería estar en la capital de cada nación. Esa zona institucional podría
tener un aspecto vietnamita en Vietnam, africano en Uganda, etc.
Un sector que
sería imponente en una gran nación, y que tendría un aspecto modesto en una
pequeña nación sin tantos recursos. Pero esta idea que he expuesto tal vez,
algún día, sea algo habitual.
Reconozco que,
en Occidente, la estética neoclásica para ese tipo de edificios está asociada al
Poder desde hace generaciones. Pero no estoy defendiendo un colonialismo
estético. Si me pidieran sugerencias para construir una catedral en Tailandia,
yo buscaría una estética propia del lugar. Pero me parece que es preferible
repetir los éxitos seguros del neogótico en la ciudad de Camberra que obstinarse
en querer crear de la nada un estilo eclesiástico australiano. Algo que puede
llegar a existir con el tiempo, pero que si lo hace, no aparecerá de golpe. Aunque
ya dije en otro post que en el siglo XXI se dará en todo el planeta una coexistencia
de todos los estilos previos de la Historia con los nuevos que aparezcan, sea
para los edificios eclesiásticos, como para los civiles.
Decía Lucía:
No es bueno
concentrar tanto poder junto, puede resultar explosivo.
Te doy la
razón en que siempre he escuchado eso. Pero, en mi libro, La decadencia de
las columnas jónicas expongo que la solución a la dictadura no está en
tener un poder ejecutivo débil, sino en tener un poder controlado. Es decir, el
problema no es el grado de Poder, sino las cadenas que controlan a ese gigante.