He puesto estos ejemplos de jardines interiores sencillos que, en esencia,
pueden ser repetidos incluso en construcciones de obreros sencillos. Lo malo es
que mucha gente vive vidas anodinas en casas anodinas. No ya el contenido de la
vida, sino hasta el mismo entorno hace juego con esa insustancialidad, con ese
desprecio a la belleza.
No fue así en muchas épocas pasadas. Desde el México precolombino o tantos
santuarios mayas, hasta la lejana Asia, vemos que con frecuencia aquellos seres
humanos crearon belleza en sus entornos urbanos y zonas sacras.
Una de las cosas que nos mostró Blade Runner es que el futuro podía
ser feo, incluso más feo que los años 80. Nada está escrito. El futuro puede
ser mejor, puede quedarse en un término medio o puede ser bastante peor y que repitamos:
“¿Os acordáis del feliz mundo preCOVID cuando todo empezó a torcerse?”.
Y ciertamente que en Latinoamérica muchas cosas se están torciendo. Más y
más países, lentamente, optan por partidos neocomunistas. Ni viendo tan
claramente el caso de Nicaragua, los peruanos han dejado de elegir a un
candidato marxista-leninista. Es cierto que en Latinoamérica las cosas no han
llegado a una situación de clara tendencia hacia el autoritarismo, pero el
futuro está abierto a una evolución encaminada al desastre.
Cualquier experto en Geopolítica que tenga ojos en la cara puede observar
que, en los últimos veinte años, Latinoamérica ha sufrido una involución social
(y con un preocupante aumento de la criminalidad), que Europa está estancada y
que Estados Unidos ha entrado en decadencia.
Resulta evidente que la Pax Americana de la que gozamos durante varias
generaciones ha llegado a su fin. Ese orden ya acabó. Estamos en una fase
transitoria que, indudablemente, nos llevará a otro orden. Las tendencias,
todas, no son nada alentadoras. La mayor distopía del siglo XXI sigue creciendo
como el Trantor de Isaac Asimov.
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Podemos hacer un patio interior feo o un jardín hermoso.
Podemos hacer del planeta un lugar justo, bello y armonioso...
