viernes, junio 16, 2023

Una de las puertas al Vaticano

 

La foto es de curas entrando por la puerta de la catedral de mi diócesis. 

Aquí todos tratamos de ayudar un poco a la Iglesia proponiendo mejoras, reformas… ideas en general. Yo lo intento, con mayor o menor fortuna. Luis Muzquiz ayer propuso que la Iglesia Católica tuviera una página web distinta.

Miré y volví a mirar la portada de esta página. Al principio, no me pareció tan mal. No impacta, no es bellísima, pero tampoco es fea. Después volví a darle vueltas y entendí que Luís tenía razón: la Iglesia Católica debería tener una página web acorde a la grandeza y nobleza de la institución.

Con esto no estoy queriendo decir que la página debería ser barroca, sobrecargada ni nada por el estilo. Al revés, tendría que tratar de ser especialmente simple. No una página más en la red, sino que convendría que fuera distinta. Se gastan decenas de miles de euros en hacer bien bonita la fachada de una gran iglesia o una catedral. Pero para millones de personas la “fachada” de la Iglesia sería la página inicial de esa web.

Hacer un diseño bello, claro, sencillo y noble no es una cuestión de dinero. Hay cientos de talentos que harían ese diseño de forma gratuita.

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Sinceramente, ni me acordaba que tenía yo una página oficial. www.fortea.ws

El diseño lo hice yo. Coste del diseño: cero euros. La página me la hizo un amigo, también gratis. Tan olvidado estaba de esta web que ahora veo que el link que lleva a los sermones es del año catapún. Casi ningún enlace de los sermones funciona.

En fin, si alguien del Vaticano nos está escuchando, que lo tenga claro: el pueblo fiel pide otra web al Vaticano.

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Pero, vamos, que si no nos escuchan, tampoco vamos a ir al cisma ni nada por el estilo. Estoy seguro de que ningún dogma se ve afectado por ese diseño que parece una pizza de links.

Tampoco pedimos una penitencia en un auto de fe para el diseñador. Estoy seguro de que actúo según su mejor y entender. Convencido me hallo de que lo diseñó todo de buena fe. Aunque, en cuestión de arte, la buena voluntad no basta.