jueves, diciembre 16, 2021

El avemaría: la mejor traducción

 

Ludovico, un comentarista presente en este blog, sugirió cuál sería la mejor traducción del avemaría. Yo ya había hecho lo propio, en mi canal de Youtube, con el padrenuestro. Ahora él hacía lo mismo con esta otra oración. Y lo ha hecho tan magistralmente que no tengo nada ni que matizar ni que añadir. Así que os pongo lo que él me escribió. Lo que sigue, hasta que cierro las comillas españolas, es de su autoría:

«Dios te salve, María: el nombre de María es una añadidura posterior al texto original en griego. En el original ("jaire kejaritomene") no aparece Dios. Lo que dice textualmente es "Alégrate, llena de gracia". Pero "jaire" era un saludo griego equivalente al "ave" en latín. Por eso se dice "Ave, María" o "Salve, llena de gracia". Pero el "Dios te salve" no es eso, sino que es una expresión de deseo. Podría decirse incluso "Ojalá que Dios te salve, María". Aquí "salve" no es la interjección salutatoria, sino que es el presente del subjuntivo del verbo salvar, que se usa para hablar hipotéticamente. Pero en el momento de la anunciación ¿no estaba ya salvada María? Entiendo que sí.

Llena eres de gracia: el arcángel no usa esta expresión como una oración, sino como un vocativo: "Salve, llena de gracia". No la llama por su nombre, sino que en lugar de María se dirige a ella como "llena de gracia"; por tanto, el "eres" me parece una añadidura poco adecuada.

El Señor es contigo: ¿el Señor es contigo qué cosa? Lo correcto sería decir "El Señor ESTÁ contigo".

Mi sugerencia de traducción sería:

1) Ave, (oh) María, llena de gracia, el Señor está contigo... (¿Si existe la palabra avemaría por qué no decir Ave, María. El "oh" es similar al "o de la traducción Italiana "Ave, o Maria, piena di grazia...". "Llena de gracia" lo dejaría como un segundo vocativo).

2) Salve, (oh) María... (Salve es una interjección que existe en español y significa lo mismo que "ave" en latín y que "jaire" en griego. Sería la versión más hispanizante)».

Ahora continuo yo, Fortea. Ludovico no continúa con la segunda parte del avemaría, porque desde el “santa María, madre de Dios...”, ya no es una parte bíblica, sino que la añadió la Iglesia y la traducción es perfecta. Con lo cual nada hay que comentar a efectos de la literalidad de la traducción.