Ayer me leí todos los comentarios y
creo que el nombre de la iglesia podría ser el de san Beda, siempre me ha caído
simpático ese santo a pesar de no haberle leído nunca. Pero como el nombre de
ese santo es común en el mundo anglosajón, para identificarla mejor esta
iglesia me parece mejor denominarla Iglesia de San
Beda-Bagüés. El segundo nombre era el del pueblo en cuya iglesia me
inspiré para este tipo de templo.
Cuando me imagino ese templo en el
que cae un fino chorro de agua cuando llueve
(desde una gárgola) o los juegos que haría la luz natural
al atardecer, las velas, no demasiadas, pero
sabiamente dispuestas, pienso en cuántas cosas se pueden hacer en un templo que
es esencialmente cuatro paredes y un techo plano. Lo llamativo es que
pudiéndose hacer tantas cosas, no se haga nada en la mayoría de las iglesias.
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Una cosa que me llevó años darle
vueltas era si era mejor el sagrario en el centro de la nave central o en una
capilla lateral. Ambas opciones tenían sus ventajas y desventajas. Al final la
opción que propongo une las ventajas de las opciones sin ninguna desventaja:
poner la capilla en un extremo, en lo alto de una escalinata, con una puerta
que se puede cerrar o abrir, y que permite ver el sagrario desde la nave
central.
Si la nave central es un rectángulo
puro, mejor es la solución tipo Ara Pacis que propuse. Si se decide que el
templo tenga un ábside, es mejor cerrarlo con un iconostasio. Si la iglesia es
de estilo neogótico, el iconostasio en realidad tendría una estética como la de
los trascoros.