martes, diciembre 28, 2021

La Misa Magna en Navidad

 

Cuando expliqué en La Catedral de San Abán la “Misa Magna”, después hice unas especificaciones para las misas del Triduo Pascual. Ahora quisiera añadir algunas otras para las misas del tiempo de Navidad. Remarco que son especificaciones para ese tipo de misa catedralicia que ya expliqué en su momento. (El texto puede leerse en Ex Scriptorio). Y que este texto son sugerencias a la autoridad competente: el obispo y, si es necesario, la Congregación para el Culto Divino. Yo me limito a sugerir.

Desde la Misa de Gallo hasta el último día del tiempo de Navidad, la Misa Magna se desarrollará en cuatro espacios consecutivos en la catedral.

 

Procesión

         Al salir de la sacristía, tres acólitos, siguiendo a la cruz procesional, portan un cofrecillo y dos recipientes. El cofrecillo, pequeño, de un palmo de longitud, está lleno de monedas nuevas de céntimo. Esas monedas nuevas son doradas como el oro, aunque en realidad son de cobre. Esas monedas serán una ofrenda verdadera de una familia. Cada año alguna familia se encargará de dar esa limosna de esa manera para representar el oro que trajeron los magos a Belén. Otro recipiente contendrá incienso. El tercero, mirra. Es solo una sugerencia, pero los dones pueden llevarse en tres pequeños recipientes distintos: un cofre en el centro, al otro lado una copa labrada, al otro lado un ánfora ancha y baja.

 

Capilla lateral

Los ritos iniciales tienen lugar en una capilla abierta a una nave lateral. Esa capilla representa el lugar donde los pastores recibieron el anuncio de los ángeles y escucharon el Gloria in excelsis. Este icono tendrá pan de oro para representar el oro de los magos.

El obispo y demás ministros suben al presbiterio de la capilla y de cara un gran icono que representa el anuncio de los ángeles a los pastores. Comienzan los ritos iniciales. Esta estación en la capilla simboliza que nosotros, como los pastores, escuchamos el anuncio de los ángeles.

Todos los ritos iniciales tienen lugar allí, en esa capilla. Sobre todo, en las grandes solemnidades de la Navidad conviene que el canto del Gloria sea muy solemne, a varias voces. A mitad del himno, los ministros se dirigirán a sus asientos donde después tendrá lugar la Liturgia de la Palabra. Esa traslación de lugar simboliza que tras el anuncio de los ángeles corremos a la gruta.

Se calculará para que el final del Gloria coincida con la llegada de los ministros al lugar de la Liturgia de la palabra. El obispo en su sede hará la oración colecta.

 

Nave lateral

         Los asientos están dispuestos para que en el centro esté una imagen de tamaño natural del Niño Jesús. El libro de las lecturas estará orientado hacia la imagen del Niño. Como si todo lo que se va a leer estuviera orientado hacia ese nacimiento. En vez de usar incienso para incensar el Evangelio, se usarán perfumes para impregnar con su olor la zona alrededor del atril que sostiene las Escrituras.

 

Altar Mayor

 Tras la oración de los fieles, los ministros se dirigen al altar mayor de la catedral. En vez de la cruz procesional (entre dos ciriales), el acólito porta la imagen del Niño Jesús. La imagen es del tamaño de un niño recién nacido, así que lo llevará en brazos con un paño humeral. Esta imagen abrirá la procesión.

En un lugar visible del presbiterio se colocan los recipientes del oro, incienso y la mirra. El altar y las ofrendas del pan y el vino se inciensan con los granos del recipiente que se ha portado en la procesión.

En el lugar usual de la cruz del altar, en el centro, tras la consagración, en el momento de la aclamación, un acólito colocará la imagen del niño que ha estado en el centro del lugar de la nave lateral. Si se celebra de espaldas al pueblo, la imagen no ocultará la patena y el cáliz. La imagen se ha portado al comienzo de la procesión hacia el altar mayor, pero se ha dejado en una credencia, fuera de la vista de los fieles. Al colocarlo, en ese momento preciso, sobre el altar, se pretende expresar que a partir de ese momento sobre el altar está la presencia de Jesús. La imagen del Niño se retirará en cuanto se retiren los vasos sagrados del altar, para ser purificados en la credencia.

 

Parte central del deambulatorio de la girola

         Allí tendrán lugar los ritos conclusivos de la misa, con los ministros mirando a un icono que representa la adoración de los reyes magos. Al partir del presbiterio se habrá colocado mirra en el incensario. Al llegar a esa zona del deambulatorio se incensará la imagen de Jesús en ese icono que le representa adorado por los magos.

 

Como se ve, en esta misa hay cuatro estaciones:

La primera representa el campo donde tuvo lugar el anuncio de los ángeles a los pastores. Nosotros también escuchamos ese anuncio.

La segunda estación representa la escucha de la Palabra en la gruta de Belén, ante la imagen del Niño.

La tercera estación representa la adoración de Jesús en una casa de Belén, pues si duda el niño adorado pasó a una casa de esa población. Solo estuvo en la gruta la primera noche o parte de ella.

La cuarta estación el lugar de adoración de los magos. Probablemente eso tuvo lugar en otra casa, pues en un primer momento hospedaron a la Sagrada Familia en el primer hogar donde eso fue posible entre los que creyeron esa primera noche. Pero en los días siguientes es posible que todos les insistieran en que se mudaran a una casa más amplia. Allí debió tener lugar la adoración de los magos.

         Se trata de hacer algo especial en la misa para un tiempo verdaderamente especial. Aunque, como se ve, no cambian los ritos, ni uno solo. Solo cambia lo que hay alrededor de las mismas ceremonias de siempre.