viernes, diciembre 24, 2021

Nochebuena, anno Domini 2021

 

Una pequeña curiosidad. Cuando hace dos días escribí el post sobre las partículas, escribí esta frase:

Tras la consagración del pan, hago genuflexión con los dedos índice y pulgar unidos.

Entonces me entró la duda, ¿debía escribir “pan” con mayúscula? Tras meditarlo un instante, me di cuenta de que esta redacción, la primera, era la correcta.

Porque lo que se consagra siempre es pan y solo pan.

Lo consagrado es el Pan, con mayúscula por ser el Pan Eucarístico.

El objeto de la acción de la acción es pan.

Acabada la acción es el Pan de los Ángeles, con mayúscula.

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¿Qué puedo decir para la Nochebuena? ¿Qué se puede decir para la noche en que el Misterio de un Deus Absconditus apareció visible sobre la faz de la tierra?

Que hable Bach. ¿Qué nos dijo aquel regalo de los cielos, llamado Juan Sebastián? Pues aquí está lo que hoy nos predica ese compositor:

https://www.youtube.com/watch?v=zpaNo4mWRBE

Nadie que no entienda el alemán dejará de entender que la respuesta a la contemplación del Nacimiento es una explosión de alegría. El comienzo es un verdadero estallido, un estallido sereno. Los instrumentos no pueden expresar más júbilo. En serio, ¿cómo es posible expresar más regocijo con notas musicales? Puedes elevar el volumen, puedes duplicar el número de instrumentos, pero la armonía no puede estar más llena de júbilo.

Pero no es una música alegre como cualquier otra. Es una alegría de una elegancia sorprendente. Se trata de un gozo dinámico, lleno de vida.

Ante esta música solo me queda callar y escuchar.