Penetrar en
el Congreso de España es una tarea difícil. Más allá de cierta cantidad de
personas, de forma automática, se cierran las calles de acceso. El protocolo de
actuación está ensayado infinidad de veces y lo hacen en un tiempo brevísimo. Todos
los accesos siempre están vigilados por cámaras para impedir una concentración
justo delante del edificio.
La policía y
los antidisturbios no tienen que ir, están allí. Y los antidisturbios del
Congreso son impresionantemente eficaces. Hemos visto cómo controlaban a
decenas de millares de personas empeñadas en tomar el congreso.
Si todo
fallara, está la valla metálica que cierra el acceso a las puertas. Ni un
camión lanzado contra esa alta valla la atravesaría. Después quedarían las dos más
que sólidas puertas de acceso al edificio, preparadas para ser bloqueadas.
El Congreso
de Estados Unidos, por el contrario, no tiene unas calles que permitan ser
bloqueadas, ni esa valla, la policía vino de otros lugares (no estaba allí),
las ventanas estaban a una altura que permitían acceder desde fuera. Y, algo increíble,
no eran cristales blindados.
Por si fuera poco, habiendo una manifestación
de este tipo, no hubo infiltrados de la policía. En Madrid, la policía, por
sistema, se infiltra en cualquier manifestación ante el congreso que esté
organizada por antisistemas. Esa siempre ha sido la pesadilla de los
neoanarquistas, saber cuántos infiltrados había entre ellos en cada convocatoria.
Además, en
España, una manifestación cuando el congreso está en sesión está prohibida. Las
penas son altas si se infringe esa norma legal. Pero más altas si uno entra en
el edificio:
Artículo 493
del Código Penal: Los que, sin alzarse públicamente, invadieren con fuerza,
violencia o intimidación las sedes del Congreso de los Diputados, del Senado o
de una Asamblea Legislativa de Comunidad Autónoma, si están reunidos, serán castigados
con la pena de prisión de tres a cinco años.
¿Qué me
parece la invasión del congreso de Estados Unidos? Creo que es algo tan
evidente que no merece perder tiempo en comentarlo.