martes, marzo 14, 2023

Cuando la ficción es el guión de la realidad

 

El sínodo va madurando sus frutos. Nada tengo que añadir después de tanto como he escrito aquí y dicho en mi canal, sería una redundancia. Un sínodo romano lo veo inevitable. Un sínodo que tenga como tema único el sínodo alemán.

Estoy convencido de que Dios protege a su Iglesia y de que una amplia reunión en Roma de los grandes pastores de la Iglesia proclamará cuál es la fe de la Iglesia. Un concilio ha sido la solución a lo largo de los siglos y creo que ahora sucederá lo mismo. Aunque no será concilio, sino sínodo para no tener que hacer venir a todos los obispos. Lo cual no significa que tras esa proclamación las aguas vuelvan a su curso en el Rin. No, no volverán. Las aguas ya no retrocederán a su curso, porque ellos no piensan que exista un cauce. La unidad ya está dañada de muerte. Los vasos de savia entre esa rama y el árbol son pocos y débiles. Cuando caiga por su propio peso esa rama, tronchará lo poco que queda por quebrar. 

El error no ha estado en plantear temas, cuestiones y problemas, sino el aclarar desde el principio que la voz de la Madre, la Santa Iglesia Universal, era completamente prescindible en el debate de esta cuestión.

Es curioso, hace más de quince años escribí Torres Góticas. El futuro (nuestro presente) parece estar empeñado en seguir el relato de mi novela. Y eso hasta unos detalles que hasta a mí mismo me sorprenden. Y si no, léase la parte en la que el cardenal Henry Williams tiene una larga conversación con el prelado del Opus Dei.

No me extraña que un sacerdote de la prelatura me dijera que esa novela era “una puñalada en el espalda” del Opus Dei. ¡Pues lo siento!, pero ha sido la realidad la que se ha empeñado en seguir justo el camino de mi novela. Y al final, mal que le pese a ese lector, el prelado hace hoy día exactamente lo mismo que narré que haría.

Pero la novela va mucho más allá del Opus Dei. La prelatura solo es un personaje más en esa novela coral. Y no digo más porque no quiero hacer spoilers.