Hago este parón en mitad
de la mañana porque llevo varias horas sumergido en descripciones acerca de los
palacios persas y en artículos acerca de las fortalezas orientales de ese
imperio. La novela sobre el exilio babilónico sigue adelante. Toda esta
información se la debo a un comentarista, Alfonso. Mi petición de ayuda a los
comentaristas siempre suele ser escuchada y dar fruto, algo de que agradezco de
corazón.
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Mi novela trata en gran
medida acerca de las bibliotecas. Ni siquiera en 1999, cuando empecé a escribir
el libro, pude ni remotamente sospechar que vería la aparición de una biblioteca
universal, la Red. En menos de quince años pudimos ver realizada esa idea que
siempre había rondado la mente de los pensadores.
♣ ♣ ♣
Ayer almorcé con una
familia. Una deliciosa comida, por los alimentos y la compañía. También nos
fuimos a visitar la casa-museo de Lope de Vega. Entrada gratuita.
Interesantísima la
casa-museo. La comida consistió en unas croquetas, rape y arroz con leche.
Aunque también espolié el segundo plato de mi amigo de uno de sus chipirones.
Entre su mujer y yo casi no le dejamos nada. Antes de que él empezara nos dijo:
“Tomad, tomad, probadlos”. Pobrecillo, aceptamos.