lunes, abril 10, 2023

Estos días pasados

 

He vivido intensamente el triduo pascual. Fui a Zaragoza porque sabía que vivir en casa de mi madre no sería una distracción para vivir esos días como una especie de pequeño retiro espiritual. Iba de casa al Pilar, y del Pilar a casa.

Esos tres días he estado muy centrado en la vivencia de los episodios de la Redención. Ya contaba con que la liturgia de los oficios iba a ser excelente. Cuánto me ayudado la liturgia estos días, y el templo… El templo de El Pilar como elemento sobresaliente para la adoración, para la meditación. El templo como otra Jerusalén.

Y es que esa basílica no es como una catedral, sino como seis catedrales: en dimensiones, en belleza, en todo. Pero es que, encima, el fervor de los zaragozanos llenaba ese espacio. En este templo exuberante de vida religiosa, la devoción era contagiosa. Doy gracias a Dios de que me ha concedido tantas facilidades para aprovechar el triduo pascual.