jueves, junio 11, 2020

Dreaming



Hoy iba a martirizaros otro poco siguiendo mi (inacabable) relato de la Iglesia de Pasión. Pero he tenido un sueño tan gracioso que os lo voy a compartir.

He soñado que Donald Trump me invitaba a comer a la Casa Blanca. Ha sido un sueño largo. Pero no ocurría nada sustancial. Al final, nos sentábamos en una mesa larga, los dos al mismo lado, y comíamos una hamburguesa. Sí, una hamburguesa, con las manos, en una mesa normal. Allí no había nada de gala.

Donald (al que no conozco personalmente) estaba poco hablador. O, mejor dicho, nada hablador. No ha abierto la boca en todo el rato. No estaba enfadado conmigo, pero comía sin decir nada.

Un sueño largo, pero ¡en el que no ocurría nada!, solo detalles triviales. Qué curioso.

Post Data: ¿Padre Fortea? Sí, soy Sigmund. Tenemos que hablar del último sueño.