lunes, septiembre 07, 2020

Admiración




De Jean-Claude Golvin ya he hablado más veces. Soy un admirador de su obra tan precisa, tan documentada; tan bella, además. Su trabajo es un ejemplo de amor al detalle. Como me gustaría que mi novela sobre Pablo hiciera con las palabras lo que él hace con la pintura.

Las pinturas que he puesto son ciudades romanas de Argelia, un banquete para los ojos. Sabéis que me gusta encontrar errores en las reconstrucciones históricas. En las suyas, no encuentro. Sus dibujos son perfectos.

No hace falta decir que lograr esas reconstrucciones con ese nivel requiere el trabajo de toda una vida. He buscado sus dibujos desde hace años no solo por interés histórico, sino con verdadera delectación.