viernes, agosto 28, 2020

Cruces bonitas, cruces...



En el año 2014, cayó la Cruz de Cevo (en Italia), matando a un pobre joven de 21 años. Podéis ver una foto de ese crucifijo en este link:

https://www.gognablog.com/wp-content/uploads/2015/10/CroceCevo-muore2.jpg

Cuando una comunidad levanta a la gloria de Dios un crucifijo (como ese de 6 toneladas) y se cae a causa del aire, hay que ser muy cautos a la hora de interpretar ese hecho desde la fe.

¿Significa que toda iglesia, toda estatua de María, que se derrumbe es signo de que a Dios no le complacía? Rotundamente, no. Tenemos las palabras de nuestro Maestro acerca del derrumbe de la Torre de Siloé o de la muerte de un grupo de galileos. Hay que ser muy cautos a la hora de interpretar un hecho.

Ahora bien, ¿las palabras de Jesús implican que no cabe nunca una interpretación teológica de ese tipo de hechos en el sentido de que a Dios no le gusta algo? No, eso tampoco; sin ninguna duda, no. El mensaje global de las Escrituras es claro: hay hechos que son mensajes de Dios. Hay hechos que son mensajes. Hay hechos que llevan a una interpretación.

¿Qué pienso de la Cruz de Cevo, la de la imagen del link? Pienso que esa cruz totalmente curva, con un Cristo horizontal, solo sirve para loa de la supuesta modernidad del artista. Ese crucifijo NO SIRVE PARA ORAR. Solo sirvió para expresar por parte del artista: “Qué original soy”.

Una imagen sagrada es un objeto sacro. No es algo para experimentar a lo Andy Warhol. Estamos hablando de algo que tiene que llevar a las almas a Dios, estamos hablando de una imagen a través de la cual la gracia actuará. La Cruz de Cevo es un ejemplo de lo que no debe ser un crucifijo.

¿Debo interpretar de alguna manera que justo esa imagen haya sido derrumbada por una acción de la Naturaleza? Por supuesto que sí. Toda cruz es un símbolo, y su derrumbamiento ha sido otro símbolo. El mensaje está claro y lo digo sin diplomacias: a Dios no le complació esa cruz. Y la tiró al suelo, Él mismo.

Pero los hombres no entienden, no entienden. Y la cruz fue reconstruida de nuevo. ¿Seguirán sin entender si se cae por segunda vez y esta vez sobre un autobús lleno de japoneses?

Ya lo que sería de traca es que se reconstruyera, otra vez más, y unos años después se cayera sobre los obispos reunidos en una celebración. 

Pero no tengo la menor duda de que, incluso la tercera vez, saldría algún clérigo asegurando ante las cámaras: “Sería una necedad entender estas cosas con una mentalidad que no sea la de una fe adulta”.