martes, noviembre 02, 2021

Misa en Antioquía de Pisidia

 

El diecisiete de octubre, décimo día del viaje, tomamos bien pronto un vuelo a Estambul. Allí deambulamos por la terminal dos horas hasta tomar el vuelo de regreso a Madrid. Una bella, espaciosa y modernísima terminal la de Estambul. Mucho mejor en cuanto a tiendas, restaurantes y comercios que la terminal 4 de Barajas. Además, no solo era una cuestión de lo que ofrecía, su diseño superaba en mucho a la de Barajas en el aspecto de ser un lugar agradable para estar varias horas. La gran terminal de Madrid resulta mucho más fría.

Le doy gracias a Dios por un viaje que ha sido un regalo suyo. Fui con la idea de redescubrir el cristianismo, de redescubrir mi fe. Esa fue mi idea central. Lo emprendí como un viaje que me dejaría muchos momentos, en el autobús, para orar, para leer, para meditar. Gracias, Señor, por este viaje que, desde el principio, quise que fuera una auténtica peregrinación, aunque estuviera atravesada por muchos agradables momentos de turismo.