Hoy un youtuber me ha preguntado con
quién me gustaría cenar. Me ha pedido tres nombres. He tenido que pensar la
respuesta. En mi vida, cuando me han entrevistado, no me ha importado dejar un
tiempo de silencio para pensar una respuesta que merecía ser pensada. Los entrevistados
no suelen dejar tiempos de pausa. En mi caso no me importa. Incluso en mis
sermones hay más momentos de silencio meditativo que en los predicadores usuales.
No me importa que se vea que estoy pensando. En mi caso se nota más porque
cuando hago eso cierro los ojos.
Mi respuesta han sido tres
escritores. Pero después me he dado cuenta de lo previsible y monotemática que
ha sido mi respuesta. Pensándolo ahora más y mejor, elegiría a Pablo Iglesias.
Sí, sin duda a Pablo Iglesias. De ningún modo lo
haría para convencerle de nada. Lo haría por el placer de conocerle. También a Pío Moa, pero no para que me contara cosas de sus
libros, sino para estar con él como ser humano. Bill Gates
es el otro ser humano al que desearía escuchar. Aquí más que conocer al
ser humano, me gustaría escuchar qué piensa sobre el futuro y el presente.
Pocas personas están mejor informadas que él, pocos tan inteligentes como él.