jueves, enero 26, 2023

Que duros son algunos buenos

 

La foto de ayer es una predicación para todos aquellos que hablan del castigo de Dios con ligereza; algunos, con crueldad. Sí, en mi vida, he escuchado a creyentes rígidamente celosos hablar de tal manera de la justicia de Dios que no había ninguna duda de que se relamían de gusto ante el castigo del impío. Por supuesto que el castigo siempre era para los otros.

La foto de ayer es de una profundidad teológica impresionante. Porque sin negar la Palabra de Dios, sin negar las consecuencias ineluctables de la teología, debemos ser tan misericordiosos y compasivos como podamos, e incluso más allá de lo que podamos.

¿Cuáles eran los sentimientos de Dios ante una foto como la de ayer? Algunos cristianos que se creen muy perfectos son la viva imagen del hijo mayor del padre del Hijo Pródigo. Quieren ser más justos que Dios mismo. “¿Por qué tardas tanto en descargar tu castigo?”, se preguntan tanto en el ámbito social como en el personal.

¿Qué sentía el Padre celestial ante una escena como la de ayer? Ahí está la respuesta. El Ser infinito siente amor, solo siente amor, nada más que amor.

Cierto que la pura lógica de la teología conlleva consecuencias inevitables al ver el mal que ocurre en el mundo. Desde el momento en que el Señor tiene un poder ilimitado, no se le puede eximir a Él de lo que pasa en el mundo. En lo bueno y en lo malo, en todo lo malo, su poder sigue siendo absoluto.

Pero esa rotundidad de su capacidad de intervención hay que entenderla con los sentimientos del padre que llora abrazado a su hijo muerto.