sábado, mayo 13, 2023

El cristianismo y la sociedad del siglo XXI

Youtube ahora mismo es un monopolio. Cambiar de plataforma significa caer en la irrelevancia. Yo de ciertos temas de nunca hablo. ¿La razón? La censura no es un peligro futuro, sino una realidad presente.

En las dictaduras, lo más común es que haya unas normas claras. La libertad de expresión las sortea con sagacidad. El problema es que con ese monopolio tecnológico no hay sagacidad que valga. Se limitan a enviar este mensaje, esta sentencia sin recurso:

«Decidimos suspender su cuenta de acuerdo con las Normas y Condiciones de servicio a la comunidad «.

El proceso legislativo contra los cristianos seguirá ampliándose, pero la censura es una realidad ya, ahora, en este momento del siglo XXI. De hecho, este blog ya fue cerrado por Blogger hace unos tres años, sin ninguna explicación. Logré que se reabriera, pero fue cerrado del todo: ni yo podía escribir ni era visible ningún post. Solo aparecía un mensaje que decía que se había cerrado.

Pensaba hacer algunas añadiduras a las palabras del papa en el programa de Disney. Pero no, no me arriesgo. Por más respetuoso que yo sea, por más argumentos racionales que ofrezca, la censura es real y rotunda.

¿Significa que si pongo un comentario que no guste en Blogger o Youtube me cierran al momento la cuenta? No, todo es mucho más sutil, mejor pensado. Una censura universal se notaría demasiado. Van cerrando cuentas sin que se sepa por qué. La Espada de Damocles pende y cae sobre quien quieren. Eso sí, cada vez cierran más cuentas, el círculo se estrecha progresivamente, la soga va apretando más.

Las ideas del algunos grupos no se proponen, se imponen: con censuras, con leyes.