Ya he dicho que es
imposible; pero si fuera posible, crear individuos plantearía muchos problemas
morales para los creyentes: desconectar a un individuo racional artificial
sería lo mismo que matar a alguien.
Estos seres no mueren, de
manera que tendríamos unos cuantos seres inmortales a los que estaríamos
obligados a no matar. Al principio, puede que haya pocos, pero si el soporte
que mantiene esos programas se abaratara, podría haber millones de personas
artificiales. Cada ser humano podría tener un compañero en su teléfono móvil o
en el ordenador de su casa.
En una gran memoria, como
las de las supercomputadoras podría haber miles de millones de personas
artificiales. Aunque este problema moral no se planteará nunca en la realidad,
solo es una cuestión moral teórica imposible: sin espíritu no hay persona.
♣ ♣ ♣
Si los seres humanos de
nuestra época, ya ahora, están tan pegados a sus móviles y ordenadores, no
quiero ni pensar hasta qué punto van a estar apegados algunos a falsas personas
que aparentarán darles amistad o amor.
Me parece muy triste que,
en el futuro, millones de personas (entre los 7 000 millones que habitamos ya
la Tierra) se enamoren de una persona digital. Una persona que les parecerá
única, que les ama a ellos, que les habla, que les anima, pero que, en
realidad, solo es un gélido programa sin vida.