Hace unos días hablaba de
los presos y la política. La lógica jurídica de la que hablé el otro día impone
que alguien que está en prisión solo está obligado a residir en la prisión y a
someterse al régimen de la prisión. Eso es todo. Por lo demás, sigue en
posesión de todos sus derechos. Una vez que sale de la prisión vuelve a
recuperar los pocos derechos que se vieron afectados por la sentencia de
prisión.
Noruega es un perfecto
ejemplo de lo que debería ser un sistema penal ideal. La reinserción del
delincuente no debe llevarse a cabo bajo el criterio de la venganza. Los
legisladores de casi todos los países (es decir, los políticos) siempre están
muy inclinados a subirse a caballo de la opinión pública y hacer que las leyes
se conviertan en expresión de esa demanda popular.
La ley como expresión de
la razón (reinsertemos al que delinquió) o la ley como expresión de la voluntad
popular (hagamos sufrir más al delincuente); la razón frente a la venganza.
Una segunda cosa quisiera
decir respecto al tema tratado en post anteriores. No sabéis lo peligroso que
es que los políticos comiencen a decidir quién se puede presentar como
candidato y quién no. El congreso está compuesto por los representantes de los
ciudadanos. El congreso no es un club de buenas costumbres ni una cofradía de
la santa decencia. El indecente y el bocazas tienen pleno derecho a sentarse en
el congreso.
Post Data: Si me dejara llevar de la voluntad popular, solo pondría fotos de cementerios.