domingo, diciembre 06, 2020

Este cuadro es de principios del siglo XIX

 

Ya tenía casi acabada en mi novela la parte en que Pablo redacta la Carta a Tito, cuando, de pronto, como un meteorito, cae, ante mis ojos, la línea en la que Pablo le escribe en el final de la epístola:

Haz lo que puedas para venir a mí en Nicópolis,

porque he decidido pasar allí el invierno.

Madre mía. Cualquier otra cosa la hubiera podido encajar sin ningún problema en el texto. Pero esa pequeña línea desbarataba muchas cosas ya escritas. Porque la carta no pudo ser escrita antes de cierto momento (no os aburro con los detalles) ni después de cierto momento. Además, se suponía que Tito estaría cerca de Nicópolis de Epiro (hay tres ciudades con ese nombre), cuando yo lo situaba en Creta para ese momento. En fin, en esos casos, se coge la maza y se derriba sin contemplaciones. Hasta estación del año de la primera redacción la tuve que cambiar.

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Sea dicho de paso, entre los rostros pintados sobre los sarcófagos de las momias de El Fayum, había uno que era perfecto para la portada de mi novela, como rostro de Pablo.

La cantidad de rostros que había tenido que mirar fue grandísima (la colección es de un millar de momias) y ese rostro era impresionante. El problema es que si ponía ese rostro, la gente se imaginaría a un Saulo de treinta años con esa faz. Era imposible no hacerlo. Así que tuve desechar la idea. La portada hubiera sido una distorsión imposible de obviar.

Os aconsejo esta interesante web de recreación de rostros de esa zona siguiendo las pautas de los retratos citados:

https://voshart.com/MUMMY-PORTRAIT-SERIES