sábado, mayo 01, 2021

Hay que escuchar a los que saben y no perder el tiempo con los que imaginan

 


Hace unos días, hice una pregunta en el blog. La pregunta era acerca de una banda y la condecoración que llevaba el presidente de España. Era a ver si alguno de los lectores sabía darme razón de qué distinciones se trataba:

https://blogdelpadrefortea.blogspot.com/2021/04/tambien-yo-pregunto.html

No recibí ninguna respuesta. Lo cual lo consideré normal porque se trataba de una pregunta cuya respuesta requería conocimientos muy especializados. Pero he aquí que ayer recibí la respuesta de un lector chileno. No digo su nombre (ni ningún detalle más sobre su persona) porque así lo ha preferido él.

Pero lo cierto es que su email demuestra un conocimiento sobre el tema digamos que “fastuoso”. Madre mía, en cualquier campo, siempre nos encontramos con alguien que sabe una barbaridad. Me ha dejado admirado. Así que os pongo su respuesta íntegra. Las rojitas son mías para destacar algunos detalles, pues su texto está repleto de detalles interesantes.

Ah, una cosa más, he puesto el email íntegro y no solo los datos, porque es un email que muestra humildad. Otra persona hubiera dejado pequeños detalles inconscientes de soberbia. En este caso, el tono de la persona queda patente justo de lo contrario.

Estimado padre:

Con el ruego que Vd. quiera perdonar mi tardanza excesiva en terminar los comentarios a su obra “La decadencia de las columnas jónicas” —que, en mi descargo, puedo exponerle que mis ocupaciones profesionales en pandemia han aumentado, de modo que me quedan pocas horas de la semana para cumplir con este compromiso, por lo que pido su comprensión—, me atrevo a responder a su pregunta planteada en la entrada de su blog, de ayer jueves 29 del corriente, dado que algo de estos temas me dediqué a estudiar en mi época universitaria (Derecho Premial).

Sus dos preguntas pueden contestarse en una sola (aunque extensa) respuesta:

El presidente Sánchez exhibe los símbolos de la “Orden del Sol” de la República del Perú, instituida en 1821, en su grado de Gran Cruz. 

Como es tradición dentro de la regulación jurídica de las órdenes de caballería (sean éstas históricas, estatales o pontificias), el segundo mayor grado de caballería se llama “Gran Cruz”, el cual se suele reservar como recompensa de honor a los Jefes de Gobierno, mientras que el grado máximo distinción, el “Gran Collar”, se reserva a los Jefes de Estado. En este caso, la regulación de la orden peruana sigue ese uso premial. 

Las manifestaciones del grado de Gran Cruz —sea cual fuere la orden estatal, pontificia o aun sui generis por su inmemorial origen medieval, como la Orden de Malta- consisten en la "banda" y la "placa". 

La banda es una cinta de seda moaré del color de la orden, instituido en sus estatutos, unida en sus extremos por un rosetón de la misma tela, portando en el centro del rosetón la venera o símbolo distintivo de la recompensa. La banda es un remanente del cinto que portaba la vaina de la espada del caballero (arreo) y, por esta razón, la banda no tiene la misma forma ni anchura si el agraciado es una mujer, un eclesiástico o una religiosa, en tanto que estas personas no se desempeñaban en el arte de la guerra. Así, el ancho de la banda de la mujer es más estrecho que el ancho de la banda de un varón; mientras que la banda otorgada a los religiosos se elabora de tal manera que pende sobre ambos hombros, terminando unida en punta a la altura del pecho del varón eclesiástico, lo que en diplomacia se llama “banda en muceta” (véase, por ejemplo, las pinturas del cardenal Richelieu, quien se hacía retratar con la Orden francesa del Espíritu Santo, con la banda "en muceta"). 

En cuanto a su uso, la banda se lleva sólo si el hombre agraciado viste de uniforme militar de gran gala, de frac, o de traje talar o monacal; y si es una mujer la agraciada, si usa vestido largo de gala, o su hábito regular. Tratándose de varones y mujeres no eclesiásticos, la banda se lleva terciada, desde el hombro derecho y al costado izquierdo, a la altura de la cadera (salvo la Orden de la Jarretera inglesa, que se lleva desde el hombro izquierdo al costado derecho), aunque también se admite que el varón pueda llevarla debajo de la axila derecha y al costado izquierdo, ajustándose por la espalda con alfileres de seguridad o “imperdibles”, o bien con botones, si la banda tuviere ojales. No se admite más que una banda para su uso. 

Adviértase finalmente que si el agraciado es un varón de cargo civil, la banda terciada deberá llevarla por debajo del chaleco blanco del frac si en la recepción social no hay presente Jefe de Estado alguno o el representante máximo de un sujeto de derecho internacional (como lo es el S.S. el papa respecto a la Santa Sede, si bien es, asimismo, Jefe de Estado de Ciudad del Vaticano), pero si alguna de estas dignidades estuviere presente en la manifestación social, el agraciado deberá llevar la banda por encima del chaleco, pero debajo de la chaqueta del frac.

 

En cuanto a la placa, esta joya se confecciona en metal, figurando rayos o puntas de estrellas en su anverso, esmaltándose en su medio el blasón o símbolo distintivo de la recompensa, mientras que en su reverso lleva incrustado un alfiler de seguridad o “imperdible” para prender la placa al vestuario. Esta joya expresa, por lo general, a los grados de Gran Collar, Gran Cruz y Gran Oficial en las órdenes y condecoraciones, que tienen el primer, segundo y tercer lugar de precedencia dentro de ellas, respectivamente. 

Así, en cuanto al "Gran Collar", se porta el collar de la orden, más la banda y la placa; mientras que en el caso del grado de Gran Cruz, se porta la placa junto con la banda, y en el grado de Gran Oficial sólo porta la placa, sin más. El uso de la placa se reserva para el mismo vestuario antes descrito para la Gran Cruz, y siempre la placa debe ir sobre el costado izquierdo de la chaqueta del frac, o del uniforme, traje o vestido, según corresponda, y no se admite portar más que cuatro placas, ordenadas en forma de cruz o diamante.  

 

Por último, huelga añadir que es costumbre y cortesía diplomática que si el caballero o dama de una orden es convidado a una recepción en donde se encontrará presente el jefe o titular de dicha orden (“soberano”, “gran maestre”, etc.), deberá llevar puestas las insignias del grado de caballería con que fue honrado, a modo de gratitud; al punto que de no portarlas en tales circunstancias se considera una expresión dolosa de agravio hacia el Estado, pudiendo este último ordenar la revocación o "cancelación" la distinción por manifiesta deshonra. 


Por todo lo ya expuesto, se explica la razón por la que el presidente Sánchez se presentó en una recepción de gala,
en la que estaba presente el entonces presidente del Perú, Gran Maestre de la Orden del Sol de Perú, portando en su frac (o lo que quiso serlo) las insignias con las que fue homenajeado como caballero de dicha Orden, en su grado de Gran Cruz. Como estaba en presencia de dos Jefes de Estado -rey y presidente de la república-, el presidente Sánchez llevó la banda encima del chaleco, pero debajo de la chaqueta del frac. 

De la misma foto, se puede deducir (aunque no ver) que el rey don Felipe portó, en su calidad de Jefe de Estado, el gran collar de la orden peruana con la que fue en su momento homenajeado. Por fin, y como ejemplo de la cortesía diplomática que mencioné denante, también en la imagen se advierte que la entonces Primera Dama del Perú llevó puesta la banda —para dama— de la Orden de Isabel la Católica, distinción honorífica con la que los reyes de España suelen homenajear a gobernantes y personalidades destacadas de iberoamérica.

Espero que con esta lata explicación haya despejado sus dudas, estimado padre. 

Reciba Vd. mi más atento saludo.