Me gustaría hoy comentar
este dibujo que muestra a algunos de los primeros cristianos leyendo una carta
del Nuevo Testamento. Es un dibujo de los Testigos de Jehová. Hay que decir que
las reconstrucciones que ellos hacen suelen ser muy buenas, pues se ocupan de
ser lo más fieles posibles a la verdad histórica.
Ahora bien, observemos la
moldura de la puerta de la derecha. Puede gustar más o gustar menos, pero lo
cierto es que no eran así. Si vemos las puertas de los yacimientos
arqueológicos o representadas en los frescos, veremos que no eran así. En temas
de molduras de ventanas y puertas es mejor imitar y no tratar de inventar. Porque
las hay de muchos tipos, pero podemos dar, justamente, con un modelo que no
existía. Esta moldura tiene el problema de la complejidad de elementos que componen
ese marco.
El peor defecto lo veo en
las vigas que sostienen el techo. Esas vigas no tienen proporción entre su
delgadez y longitud. Había vigas así y más largas, pero no en una casa normal. Si
eran de esa longitud hubieran sido mucho más gruesas. Lo cual no tenía sentido
en una casa particular, en la que se hubieran usado vigas menos largas, pero
con pilares. Las vigas largas había que traerlas de muy lejos. Los bosques
cercanos a las ciudades solían estar totalmente esquilmados. Traer vigas largas
era muy caro.
Tampoco tiene sentido que
no haya vigas en el centro del techo. Esas vigas que pone el dibujante harían
que se combase el techo, ineludiblemente. Y, por supuesto, nadie podría caminar
encima. Perder ese espacio resultaría inconcebible pudiendo disfrutar de una
terraza tan amplia.
Las lámparas de este tipo
estarían bien apoyadas sobre la mesa, pero no en pilares de ese tipo. Unos pilares
así acabarían volcándose. O las lámparas están colgadas en pilares metálicos pesados
o están sobre la mesa. Los pilares metálicos de bronce eran caros y tenían
lámparas metálicas que guardaban proporción estética con el soporte. No tiene
sentido poner lámparas baratas de cerámica sobre unos pilares así. Por otra
parte, son pilares de fantasía. No ha imitado ninguno real. Esos pilares de
forja son invención, frente a los reales que eran de fundición.
Hay un especial interés en no poner imágenes en los candelabros. La realidad es que tenían infinidad de imágenes de todo tipo. Estaban ornamentadísimos. También los de los primeros cristianos, aunque los Testigos de Jehova quieran aquí representar unos seguidores de Jesús que no tenían imágenes. Los testimonios arqueológicos muestran unos primeros cristianos muy aficionados a imágenes de todo tipo. ¡Representaban, incluso, a Dionisio como símbolo de Cristo!
Vemos a las mujeres
sentadas y a los hombres de pie. Eso no ocurría ni en broma: ni en el ámbito
latino ni en el griego. Y ya os podéis imaginar que si eran descendientes de judíos (los del dibujo) las mujeres todavía estaban más sometidas.
Por otra parte, el lector
está leyendo como si leyera al mediodía en una plaza. La letra de los papiros
ya os mostré como era. Había que acercar el papiro a la lámpara y esforzarse
por leer cada palabra.
La ventana con vidrieras
es otra invención: o esa ventana da a un patio interior (al impluvium) y no tiene vidrieras, o
da a la calle. Y las casas romanas y griegas no tenían esas amplias ventanas
hacia la calle que aparecen en el dibujo.
La pared tiene un color
muy neutro y liso, todo lo contrario que todos los muros que nos han llegado en
yacimientos. En un establo, sí que la pared podría mostrar ese color. Pero no
en una casa. Eran muy coloristas. Sin pintaban, no lo hacían en un color neutro
y todo con el mismo color.
El soporte de la mesa
muestra la afición del dibujante por las formas curvas con el estilo de las
casas de decoración actuales. Repite el mismo patrón en más elementos del
dibujo. Además, que ese soporte no soportaría ese tablero de mármol, es un
patrón inventado que no lo he visto jamás en ninguna mesa. pero le encanta: lo pone
en la mesa, en los candelabros y en esa fantasía metálica que sostiene los
papiros.
Un pequeño detalle, ya que hablamos de la mesa, el tablero de mármol que dibuja pesaría unos
quinientos kilos. Las mesas tenían tableros delgados, aunque después estuvieran
reforzados por debajo con maderos u otros elementos. Pero un tablero así no solo hubiera
sido pesadísimo, sino que demuestra desconocimiento de los acabados de los bordes
de las mesas romanas o griegas. En esa mesa ha copiado los entablamientos de los arquitrabes de los templos griegos. Dando por supuesto que los acabados de las mesas serían iguales, pero no era así. Quinientos kilos de peso impedían que fueran así.
El último error es que trae un bebé a una reunión de cristianos. Las familias en esa época eran muy amplias, Los bebés se quedaban con la abuela. No se llevaban a las reuniones de ningún tipo porque los infantes de esa edad solían llorar, y los cristianos de esa época acudían a escuchar, iban a aprender. Nadie que fuera a ninguna reunión tenía paciencia con los niños. Cada familia solía tener cinco o seis niños. Por eso se quedaban con la abuela o con una tía viuda que viviera en casa.